Nos ocupábamos, en días pasados, de la inscripción latina del dintel en el templete de Alcántara. Seis dísticos (doce versos) que, a través de los siglos, sufrieron la erosión de los agentes atmosféricos y las subsiguientes 'reparaciones' de diversos 'arreglistas' que trataron de reponer los versos desgastados. La redacción actual corresponde a la última de las reparaciones que se hicieron en el monumento y que data de 1859, durante el reinado de Isabel II.
Los seis dísticos del templete los compuso el propio arquitecto que trazó el puente y la capilla. La inscripción debió ser renovada más de una vez a lo largo de la Edad Media, como consecuencia del desgaste ocasionado en el texto por efecto de la erosión. Esas sucesivas reparaciones debieron alterar el texto original de Lácer. Éste parece que concibió la inscripción con una estructura ternaria basada en las tres principales palabras clave: "Templum", "pontem" y "Lacer". Se trataba, pues, de dos objetos, "templum" y "pontem", más un sujeto, "Lacer". Esas palabras-clave se repiten cada una tres veces a lo largo de los doce versos. Templum aparece en los versos 1º, 7º y 11º. A su vez, pontem aparece en los versos 5º, 7º y 9º. Por último, Lácer se repite en los versos 6º, 7º y 10º. Pero la palabra "templum" aparece numéricamente alterada en el verso 7º (nova templa)
Así el 4º dístico presenta estas dos alteraciones importantes: a) Se pone en plural "templum", siendo evidente que se trata sólo de un templo; y b) se supone, gratuitamente, que en el puente se cumplen las promesas que previamente se formulan en el templo (illic se solvunt, hic sibi vota litant) La construcción sintáctica resulta francamente chapucera, utilizando la forma reflexiva, aunque parece querer darse a entender que se trata de sendas formas de la llamada 'pasiva refleja' (= illic solvuntur vota, litantur at hic) Como si cada una de esas cosas, a saber, el templo y el puente, tuviese sus finalidades respectivas: una la de la formulación de los votos (en el templo) y, otra, el cumplimiento de esos mismos votos en el puente.
Esa falsa, rebuscada simetría (una función específica para cada cosa) proviene de una deformación del texto primitivo cuya redacción sería, más o menos, la siguiente:
illic se solvit, dis nisi vota litant
(allí cumplió su voto, si es que los votos no propician a los dioses)
Esta fue, al menos, la lectura que obtuvo el humanista portugués André de Resende, cuando llevó al lugar una escalera y, subido en ella, restituyó por el tacto los caracteres desgastados por la erosión.
En resumen, nuestra opinión es que la actual redacción que figura en el dintel del templete debe ser modificada en lo que respecta al 4º dístico, que debería quedar así:
Qui pontem fecit, Lacer, et templum [ipse dicavit:
illic se solvit, dis nisi vota litant.
(El que hizo el puente, Lácer, dedicó, asimismo, el templo: allí se vio libre de su promesa, si es que los votos no propician a los dioses)