jueves, junio 24, 2010

¡España 'patas arriba'!

Un artículo de José Antonio Martín Pallín, publicado recientemente en El País, vuelve a replantear el problema que tiene pendiente la democracia española para hacer su despegue definitivo y poder homologarse a las democracias europeas que sufrieron regímenes totalitarios, como es el caso de España. A diferencia de Alemania o de Italia, que pudieron castigar a los mandatarios fascistas que las llevaron a la ruina, los crímenes del fascismo español no sólo han quedado impunes, sino que se pretende prolongar la Transición (el rodaje de la democracia) de forma que toda reivindicación de una condena formal del franquismo se niegue constantemente a quienes traten de poner de manifiesto la conculcación de todos los derechos civiles que supuso la dictadura. Lo que ésta vino a instaurar, por la espada y por la sangre, fue una subversión del orden jurídico, “a golpe de bandos de guerra”, una subversión que ponía ‘el mundo al revés’, el mundo del Derecho, visto con la óptica de la derecha: sirva de ejemplo ilustrativo el desplazamiento del principal delito de los sublevados, el de rebelión militar, aplicándolo al rival político: los militares fieles a la República fueron declarados ‘reos de rebelión militar’ y, quienes les apoyaban, ‘reos de auxilio a la rebelión’. El mundo al revés: el que lo dice lo es, afirma el dicho popular que refleja esta situación. La consigna, presuntamente patriótica, de la rebelión militar, el presuntuoso ¡Arriba España!, reflejaba la más triste situación real: la de una España patas arriba.

El supuesto caos republicano, que el llamado ‘Alzamiento’ pretendió corregir, consagró el verdadero caos de la arbitrariedad jurídica: los patriotas de la legalidad republicana pasaron a la categoría de antipatriotas, ante los nuevos patriotas del ‘arriba España’, ‘una, grande y libre’ y ‘por Dios y por España’.

Todos los simpatizantes de la República pasaron a ser ateos, enemigos de la religión, a estar vendidos a Rusia, a ser considerados antipatriotas. El levantamiento militar se convirtió en ‘Cruzada’, con el beneplácito de la jerarquía eclesiástica del momento y la consigna ‘por Dios y por España’ fue el salvoconducto moral de toda clase de crímenes y tropelías. La gran coartada de la guerra sirvió para justificar la matanza sistemática, generalizada, del rival político: los asesinados en la retaguardia morían ‘a consecuencia de heridas de guerra’, ‘por choque con la fuerza pública’ y otras muletillas por el estilo.

Todo este tinglado de la propaganda fascista no se desmontó (no se pudo desmontar) durante la vida del dictador. Y aún hoy día está resultando ineficaz el intento de relegar al olvido toda la maquinaria del régimen, de forma que quede erradicado definitivamente el franquismo de la faz de España.

En consecuencia, la implantación de la democracia en España sigue siendo una tarea incompleta, una cuestión pendiente.

Residuos y resabios del viejo poder franquista siguen instalados en nuestras instituciones, presuntamente democráticas. Así lo hemos podido comprobar recientemente con el caso del juez Garzón.

La justicia oficial de la democracia sigue protegiendo, post mortem, la ominosa memoria del dictador.

lunes, junio 14, 2010

LA IGLESIA Y EL PODER TEMPORAL


Rafael Sanzio, La visión de Constantino


El cristianismo, una de las más venerables religiones cuando se considera en su pureza doctrinal, ha incurrido, por su alianza ocasional con el poder temporal, en los abusos de la teocracia. Que el poder temporal no es su meta y su objetivo lo dejó bien sentado su fundador, cuando dijo aquello de “Mi Reino no es de este mundo” (J.,18.36). Sin embargo, el poder político ha intentado, desde antiguo, establecer lazos de intereses comunes entre el poder temporal y el eterno.

El mito de las alianzas entre ambos se proyecta en el Viejo Testamento con la historia del pueblo elegido. Dios es el aliado de Israel. A favor de su pueblo, Dios obra portentos supra naturam (‘sobrenaturales’), como hacer que el Sol se pare y se prolonguen la horas de luz para poder concluir una batalla (Jos. 10, 12-14). Cosas así. Dios está siempre al lado de Israel contra el enemigo común. A éste se le trata con el mayor rebajamiento: “Dijo el Señor a mi señor: Siéntate a mi derecha. En tanto que pongo a tus enemigos por escabel de tus pies” (Ps. 109). Dios está de parte de sus elegidos y si alguna vez los deja de su mano es porque éstos se han portado mal.

Cuando el cristianismo alcanzó difusión y relevancia social, recibió propuestas de alianza con el poder temporal. De nuevo toma cuerpo la idea de una alianza entre el poder temporal y el eterno. Ésta se fragua a través de un prodigio que, en principio, parece que se presentó sólo como un sueño del emperador Constantino el Grande. Como ‘sueño’ lo presenta el historiador Lactancio, pero el obispo Eusebio lo considera una ‘visión real’, que tuvo lugar durante el día. (Vit. Const., 28, 6-7).* Que esta visión fue un infundio, ya lo intuyeron algunos osados opinantes de la antigüedad: “Bastante audaz fue Jacobo Oisel que, en su Tesoro Numismático, pág. 463, dice que aquel que hubiera atribuido a los piadosos bulos de los antiguos todo este asunto de la aparición de la cruz a Constantino, no andaría muy lejos de la verdad” **.

Hoy día se cree que la famosa aparición de la cruz en el cielo, ya fuese considerada un sueño, o bien un fenómeno sobrenatural, fue, presumiblemente, un ardid de Constantino para hacer creer que tenía a su favor el poder divino. Las ventajas que se derivaban para el emperador eran muy apreciables, pues se incorporaba un considerable número de militantes de base, pertenecientes a las comunidades cristianas. Era la primera alianza entre la Iglesia y el Estado. El poder temporal ganaba adeptos entre los cristianos. Y se identificaba con la causa de Dios la causa de uno de los bandos contendientes. Se restablecía el sistema teocrático a la vieja usanza de la tradición judía: la Alianza entre el Dios del Antiguo Testamento y el pueblo elegido.

La veracidad del relato de Eusebio fue puesta en tela de juicio desde antiguo. Y, en todo caso, el beneficio que esta alianza con el poder temporal reportara a la Iglesia ha sido objeto de controversia, no faltando quienes piensan que ocasionó más perjuicios que beneficios a la pureza del dogma cristiano .

Es, por tanto, muy verosímil que la visión de Constantino fuese una invención, para hacer prosélitos entre el vulgo crédulo. Esta es la conclusión más probable que se desprende de algunos estudios históricos sobre el asunto.

La leyenda de la visión de Constantino está muy relacionada con otra leyenda, la de la madre del propio Constantino, Elena. Es la leyenda de la ‘invención’ de la cruz. ‘Invención’ en el sentido de ‘hallazgo’. Según esta leyenda, Elena, la madre del emperador, fue a Jerusalén a ver si podía recuperar la verdadera cruz en la que murió el Salvador. Mandó excavar en el lugar que se suponía que debería estar enterrada y aparecieron tres cruces. Ante la duda se consultó al obispo Macario, que aconsejó probar cuál era la verdadera, aplicando sendos fragmentos de cada una de las cruces a un cuerpo de un enfermo. El enfermo sanó al contacto con el trozo de la vera cruz. Así se descubrió cuál era la auténtica. Esta leyenda se ha mantenido a través de los siglos en tradiciones como la de la llamada Entrega, que aún sigue representándose en nuestros días en algunas localidades extremeñas.

Se trata de leyendas inocuas, pero que en su momento contribuyeron a reforzar la maniobra política de la alianza entre la Iglesia y el Estado. Y, en definitiva, sirvieron para afianzar el sistema teocrático. En qué medida esta alianza con el poder temporal ha perjudicado a la Iglesia, es algo que está por determinar y calibrar en todo su alcance.

La alianza con el poder temporal ha desviado a la Iglesia no pocas veces de sus verdaderos objetivos. Y ha desvirtuado el verdadero sentido de las enseñanzas de Cristo. Sobre todo, haciendo que se olvide aquel precepto, más bien un consejo práctico, dado por Cristo a quienes querían enemistarlo con el poder político: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mt. 22.21)

Ahora que, después de más de treinta años de ‘transición’, la democracia española trata de desprenderse de las últimas adherencias de la teocracia, se alzan voces de protesta porque no suena en la fiesta del Corpus el Himno Nacional, o se suprime la anacrónica costumbre de ‘presentar armas’ en una ceremonia en la que las armas (sean ‘blancas’ o ‘de fuego) siempre han desentonado y le sientan a la Eucaristía ‘como a un Cristo dos pistolas’. ¿No es mejor así?

Es mejor, sin duda, desprenderse de esos reflejos residuales del franquismo. Está visto, a estas alturas de la Transición, la intransigencia de la derecha en su renuencia a condenarlo. Y, en consecuencia, a no favorecer la reconciliación de las dos Españas, que Franco quiso reducir a UNA, mediante el exterminio de la otra.

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* Pongo aquí la versión inglesa del texto griego con el pasaje donde se narra el prodigio: He said that about noon, when de day was already beginning to decline, he saw with his own eyes the trophy of a cross of light in the heavens above the sun, and bearing the inscription CONQUER BY THIS. At this sight he himself was struck with amazement, and his whole army also, which followed him on this expedition and witnessed the miracle (Vit. Const.28, 6-7) ("Dijo [Constantino] que hacia el atardecer, cuando el día estaba ya comenzando a declinar, vio con sus propios ojos el emblema de una cruz luminosa en el cielo, por encima del sol, y portando la inscripción TRIUNFA CON ESTA. Ante esta visión él quedó conmocionado por el asombro, y también todo el ejército que le acompañaba y que fue testigo del milagro")


** Audax enimvero nimium fuit Jacobus Oiselus qui in Thesauro Numismatum Antiquorum (pag. 463) ait eum qui totum hoc negotium de cruce ostenta Constantino ad pios veterum fraudes rettulerit, parum a rei veritate aberraturum.Desde luego, Eusebio se cuida mucho de hacer constar que lo que él cuenta se lo ha oído contar al Emperador bajo juramento (Vit. Const., 28) Pero si todo el ejército presenció el fenómeno, ¿qué necesidad había de juramento? Bastaba con remitir a los numerosos testigos presenciales.


*** Son muchos los que piensan que esa alianza de la iglesia cristiana con el poder temporal reportó más perjuicios que beneficios para la misma y para la sociedad en general: de ahí las cruzadas y, en general, las llamadas 'guerras santas'. De ahí la Inquisición, los Autos de Fe, la caza de brujas, la quema de herejes...la tiranía del dogma.


Entre quienes consideraron nefasta esa alianza entre la Iglesia y el poder temporal está Dante, quien, en su Divina Comedia (Inf. XIX, 115-117) escribe:


Ahi, Constantin, di quanto mal fu matre

non la tua conversion, ma quella dote

que da te prese il primo ricco patre!


("¡Ah, Constantino, de cuántos males fue causa, no tu conversión, sino la dotación que de ti recibió el primer Papa que fue rico!") Alude, probablemente, a la llamada Dotatio Constantini (ditatio?) , documento falsificado del siglo VIII, según el cual se confería al Papa un poder temporal con el rango de Emperador. (Cf. "El poder de la Iglesia Imperial: el mito de Constantino y el Papado Romano", R. Teja, Stud. Hist.24, pp 63-81 (2006)

viernes, junio 11, 2010

BERLUSCONI, BUFFONE

No me lo he inventado yo: La caracterización del primer mandatario italiano como "bufón de Europa" se ha divulgado a través del semanario francés L'Express y de ella se han hecho eco diversas publicaciones de la prensa italiana.

La denominación resulta a todas luces apropiada, en vista del comportamiento adoptado por Il Cavaliere en la reciente visita que le hizo el presidente español, Sr. Zapatero.

El primer mandatario italiano respondió, desde luego, a ese perfil histriónico, bufonesco, que ciertos medios le han asignado; y trató desde el principio de embromar ante las cámaras al presidente español, llamándole 'santo', por acabar de recibir la bendición de Su Santidad Benedicto XVI. La comparecencia ante las cámaras resultó una perfecta demostración de las dotes del anfitrión-histrión, convertidos por obra y gracia de Berlusconi en la clásica pareja de payasos: el listo (él) y el tonto (Zapatero).

Luego demostró conocer todas las facetas y matices de la burla: el sarcasmo incluido, que es la más despiadada de las burlas. Dijo que ojalá él, Berlusconi, tuviese una deuda pública comparable a la que tiene Zapatero. Pues la deuda pública italiana es el doble de la deuda española. Naturalmente, calló, por humorística reticencia, que Italia dispone del doble de credibilidad ante los mercados mundiales que la que respalda a España en estos mismos mercados.
En fin, Berlusconi consiguió una vez más, su objetivo: hizo reír a los italianos a costa de poner en ridículo, en esta ocasión, al presidente español. Por último, dejó solo a su huésped, considerando quizás que, como español, sabría torear, como Dios manda, a los periodistas.

Si lo que los italianos que lo votaron querían era un presidente ‘con dotes histriónicas’, lo consiguieron plenamente.


Menos mal que esta vez no hubo invitación a darse un garbeo por Villa Certosa. Después de lo del Papa, hubiera estado muy mal visto.