
Prometí volver a ocuparme de la inscripción latina del Arco del Triunfo, en la madrileña zona de la Moncloa, tan pronto como recibiera copia del artículo “Les emplois de 'iugis' et de 'iugiter' dans la latinité tardive”, firmado por Claude Moussy, e incluido en Latin vulgaire et latin tardif, Actes du 4e Colloque International sur le Latin vulgaire et tardif, Caen, 2-5 sept. 1994, coord. par Louis Callebat, (1998) pp. 237-249
Ayer recibí fotocopia de este artículo, enviada por el Servicio de Reprografía de la Biblioteca Nacional de Madrid. Leído el trabajo, el contenido del mismo viene a confirmar lo que, más o menos, ya sabíamos sobre el particular. El adjetivo ‘iugis’ ya era utilizado por Plauto y lo emplearon en la época clásica autores como Cicerón, Salustio y Horacio. El significado del adjetivo viene a ser ‘inagotable’, y se dice, en propiedad, del agua que brota de un manantial. De ese significado primario se deducen los significados afines de ‘constante’, ‘permanente’, ‘perpetuo’, ‘perenne’...
El adverbio derivado de ese adjetivo es ‘iugiter’ (que aparece en la inscripción de referencia) y su primera datación la encontramos en Séneca (Natur. Quest. 4.2.20.4) lo que nos mueve a sugerir que nuestro filósofo pudiera ser el creador del derivado correspondiente a ‘iugis’, aunque el hecho de que no exista constancia escrita de esa palabra antes de su empleo por Séneca no signifique que no se hubiera utilizado anteriormente por otros autores.
Y vayamos ya a las traducciones propuestas de la inscripción. La primera es la que pudiéramos llamar oficial y la encontramos en la reseña que sobre el monumento podemos ver en la Wikipedia:
Dice: A las armas que han vencido aquí, la mente, que vencerá siempre, ha dedicado como regalo, este monumento.
El ‘siempre’ traduce aquí al adverbio latino ‘iugiter’. (También hubiera podido decirse ‘permanentemente’, ‘perennemente’, ‘perpetuamente’...) Aunque es aceptable tal como está.
La traducción que se propone en el blog de Leguina es la siguiente: A las armas victoriosas, espíritu que siempre ha de vivir da y dedica este monumento. (http://www.joaquinleguina.es/arco-de-triunfo) Suponemos que falta el artículo ‘el’ delante de ‘espíritu’. La novedad de esta interpretación es que traduce el participio ‘victura’ como si fuera del verbo ‘vivere’ (vivir) , no del verbo ‘vincere’ (vencer)
Es una interpretación posible, pero menos probable, por las razones que en comentarios anteriores hemos aducido: el campo semántico de ‘vencer’ (establecido por el adjetivo ‘victricibus’, referido a las armas, atrae a su significado al participio ‘victura’ como procedente del mismo campo semántico (‘que ha de vencer’).
No obstante (y aquí está la ambigüedad, bien fortuita, bien intencionada, a la que también hemos hecho alusión en comentarios precedentes) se podría considerar válida la interpretación de ‘victura’ como participio de ‘vivere’ (vivir), teniendo en cuenta que las armas que vencieron se habían pronunciado, en memorable ocasión, hostiles a la inteligencia, con el famoso exabrupto de Millán Astray en la Universidad de Salamanca (“¡muera la inteligencia!”)
La posibilidad de esta interpretación viene a confirmar el carácter sibilino de la inscripción al que nos hemos referido en anteriores ocasiones, asimilándolo a las respuestas ambiguas de los oráculos. De donde se echa de ver que los escritos que tienen ese carácter oracular, o sibilino, requieren no sólo de traducción, si han de ser trasladados a otro idioma, sino también de ‘hermenéutica’, es decir, de interpretación.
El texto de la inscripción se nos plantea en el viejo contexto dialéctico de la oposición entre las armas y las letras. Éstas, en nombre de la inteligencia, brindan un homenaje a las armas vencedoras (los intelectuales rinden pleitesía a los militares, representados, respectivamente, por sendas metonimias: las letras de aquellos, a las armas de éstos)
El triunfo presente corresponde a las armas, pero la inteligencia augura para sí misma el triunfo futuro, el que ha de ser constante y duradero. Ese vendrá después y será perenne, inmarcesible. Mediante el adverbio ‘iugiter’ se denota el carácter persistente, indefectible, de esa victoria de la inteligencia; frente a esa otra victoria de las armas, que es, de suyo, aleatoria, ocasional y pasajera.
Recapitulando, la primera traducción que dábamos del texto de la inscripción, en la que vertíamos ‘iugiter’ por ‘conjuntamente’, era menos acertada por cuanto que, pese a tener en cuenta que esa palabra latina, derivada del adjetivo ‘iugis’, está emparentada con la raíz ‘iung-‘ (de donde, también, la voz española ‘yugo’) , el significado que predomina es el de ‘continuidad’ temporal, más que espacial.*
Finalmente, yo propondría una traducción un tanto anacrónica (por cuanto incluiría un término de hoy para unos conceptos más añejos) y consistiría en traducir ‘iugiter’ por ‘imparablemente’. O sea, podría redactarse en estos términos: A las armas vencedoras en este lugar, la inteligencia, que imparablemente ha de vencer, DEDICA, DA, DONA este monumento.
La inteligencia se impondrá, por fin, allí donde lo irracional triunfó de modo pasajero.
El ‘siempre’ traduce aquí al adverbio latino ‘iugiter’. (También hubiera podido decirse ‘permanentemente’, ‘perennemente’, ‘perpetuamente’...) Aunque es aceptable tal como está.
La traducción que se propone en el blog de Leguina es la siguiente: A las armas victoriosas, espíritu que siempre ha de vivir da y dedica este monumento. (http://www.joaquinleguina.es/arco-de-triunfo) Suponemos que falta el artículo ‘el’ delante de ‘espíritu’. La novedad de esta interpretación es que traduce el participio ‘victura’ como si fuera del verbo ‘vivere’ (vivir) , no del verbo ‘vincere’ (vencer)
Es una interpretación posible, pero menos probable, por las razones que en comentarios anteriores hemos aducido: el campo semántico de ‘vencer’ (establecido por el adjetivo ‘victricibus’, referido a las armas, atrae a su significado al participio ‘victura’ como procedente del mismo campo semántico (‘que ha de vencer’).
No obstante (y aquí está la ambigüedad, bien fortuita, bien intencionada, a la que también hemos hecho alusión en comentarios precedentes) se podría considerar válida la interpretación de ‘victura’ como participio de ‘vivere’ (vivir), teniendo en cuenta que las armas que vencieron se habían pronunciado, en memorable ocasión, hostiles a la inteligencia, con el famoso exabrupto de Millán Astray en la Universidad de Salamanca (“¡muera la inteligencia!”)
La posibilidad de esta interpretación viene a confirmar el carácter sibilino de la inscripción al que nos hemos referido en anteriores ocasiones, asimilándolo a las respuestas ambiguas de los oráculos. De donde se echa de ver que los escritos que tienen ese carácter oracular, o sibilino, requieren no sólo de traducción, si han de ser trasladados a otro idioma, sino también de ‘hermenéutica’, es decir, de interpretación.
El texto de la inscripción se nos plantea en el viejo contexto dialéctico de la oposición entre las armas y las letras. Éstas, en nombre de la inteligencia, brindan un homenaje a las armas vencedoras (los intelectuales rinden pleitesía a los militares, representados, respectivamente, por sendas metonimias: las letras de aquellos, a las armas de éstos)
El triunfo presente corresponde a las armas, pero la inteligencia augura para sí misma el triunfo futuro, el que ha de ser constante y duradero. Ese vendrá después y será perenne, inmarcesible. Mediante el adverbio ‘iugiter’ se denota el carácter persistente, indefectible, de esa victoria de la inteligencia; frente a esa otra victoria de las armas, que es, de suyo, aleatoria, ocasional y pasajera.
Recapitulando, la primera traducción que dábamos del texto de la inscripción, en la que vertíamos ‘iugiter’ por ‘conjuntamente’, era menos acertada por cuanto que, pese a tener en cuenta que esa palabra latina, derivada del adjetivo ‘iugis’, está emparentada con la raíz ‘iung-‘ (de donde, también, la voz española ‘yugo’) , el significado que predomina es el de ‘continuidad’ temporal, más que espacial.*
Finalmente, yo propondría una traducción un tanto anacrónica (por cuanto incluiría un término de hoy para unos conceptos más añejos) y consistiría en traducir ‘iugiter’ por ‘imparablemente’. O sea, podría redactarse en estos términos: A las armas vencedoras en este lugar, la inteligencia, que imparablemente ha de vencer, DEDICA, DA, DONA este monumento.
La inteligencia se impondrá, por fin, allí donde lo irracional triunfó de modo pasajero.
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*C’est surtout dans l’expression de la continuité temporelle, de la durée, que iugis et les formes apparentées se sont répandues dans l’usage à partir de l’époque impériale. Iugis ne présente pas une riche polysémie: qualifiant un substantif comme aqua, signifie “/qui coule / / sans interruption/” (art. cit. p. 238)
*C’est surtout dans l’expression de la continuité temporelle, de la durée, que iugis et les formes apparentées se sont répandues dans l’usage à partir de l’époque impériale. Iugis ne présente pas une riche polysémie: qualifiant un substantif comme aqua, signifie “/qui coule / / sans interruption/” (art. cit. p. 238)