lunes, junio 30, 2008

PLAUTO EN ZAFRA, XXII* SIGLOS DESPUÉS

Con motivo de las fiestas del solsticio de verano, De la luna al fuego, se han venido desarrollando en Zafra diversos actos culturales, entre ellos, varias representaciones teatrales. La del sábado, día 28, ha consistido en la puesta en escena de la obra Miles gloriosus (‘El soldado fanfarrón’) del comediógrafo latino Plauto. La célebre comedia del autor romano, en la que se describe al personaje fachendoso y engreído que es el protagonista de la obra, el militar Pirgopolinices, sigue manteniendo fresca su comicidad a través de los siglos, gracias a las acertadas adaptaciones de los traductores actuales. Plauto consiguió estereotipar una serie de personajes cómicos que mantienen plena vigencia, si se sabe identificar esos estereotipos a través de sus recreaciones actuales, de su acomodación a los tiempos presentes. Los caracteres plautinos preservan su innata vis comica, si acertamos a ‘ponerlos al día’, o hacer que el espectador consiga actualizar, a su manera, la situación que al antiguo le producía hilaridad y regocijo.
Hay ciertas deformidades que ya resultan de por sí ridículas, como la presunción del oficial fantoche, la desenvoltura de la cortesana Acroteleutia o la salacidad de viejo verde, aunque impotente, que es Periplectómeno, el vecino del presumido militar. Y es risible, per se, la astucia del parásito adulador y sus trapisondas para engañar al mílite y al vigilante que éste ha puesto para que Filocomasia ‘no se la pegue’.

El espectador va entrando poco a poco en el entramado del asunto y la comicidad va brotando ocasionalmente, a veces adobada por referencias de clara actualidad, como, por ejemplo, cuando el grupo de mujeres, presuntas fans del soldado, le gritan:

- ¡Miles, capullo, queremos un hijo tuyo!

El anacronismo hace ocasionalmente acto de presencia, con efectos cómicos menos apreciables para quien no está familiarizado con el latín. Los actores no pueden evitar, a veces, el tic reflejo del latinismo y sueltan, ocasionalmente, alguna frase para que se recuerde que todo ese divertimiento se expresó un día en la antigua lengua de Roma. Entre esas frases, una de efecto especialmente hilarante es la frase Alea jacta est! (‘La suerte está echada’) que puede que ya se utilizara en tiempos de Plauto, pero cuya referencia histórica corresponde a un siglo y medio después, ya que fue pronunciada por César en la memorable ocasión de pasar el Rubicón. El anacronismo tiene su efecto cómico, pero, bien mirado, podemos pensar que, antes que la pronunciara César, la frase podía ser de uso corriente, por más que las circunstancias solemnes en que el general romano la pronunciara la hayan hecho famosa: el momento decisivo de cruzar el Rubicón, río fronterizo de Galia con el territorio romano.


César fue un general golpista, un dux perduellis (un traidor a la patria) como lo fue Franco en su día.
En fin, con el Miles nos hemos reído y lo hemos pasado bien. Los aplausos lo avalan. Aplausos que, por cierto, solicitó nuestro antiguo colega Quique Serviá (en el papel de Palestrión) dirigiéndose al público con el plaudite, plaudite, de rigor.
(Por cierto, Quique, se pronuncia pláudite. Aunque puede resultar cómico pronunciarlo como se escribe. Los latinos no usaban tildes ortográficas y tú, evidentemente, no tienes la culpa de eso)
Muy oportuna la invocación penúltima (antes del plaudite) que cierra la versión actualizada de la comedia:
-Donde has de meter la olla


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* El Miles gloriosus se estrenó hacia el año 205 ó 204 a. de C.

viernes, junio 27, 2008

Reencuentros en la tercera fase

En un blog anterior, de fecha 27-11-06, iniciabamos una serie de tres artículos con el título de BOCETOS Y PERFILES (I) . El primero de estos estaba dedicado a un antiguo colega del Seminario, Miguel García Gómez, cacereño de Almoharín y, como ilustración al texto, se acompañaba un apunte fisonómico de la figura, entonces juvenil, del interesado.
El recuerdo de nuestra juventud y la mutua estimación que, desde aquellas fechas, guarda cada uno del otro, ha hecho que volvamos a encontrarnos, especialmente a través de este “buscador de objetos perdidos” que es Internet. Ya contaba, en el escrito al que me he referido más arriba, que Garci-Gómez es actualmente ciudadano USA, y que está vinculado a la Duke University, de Carolina del Norte. Allí ha magistrado durante bastantes años y ahora, ya alcanzada la edad de la jubilación, mantiene una página web a través de la cual da a conocer diversos trabajos de crítica literaria. Son los llamados cibertextos, a los que ya remitía al lector en mi aludido trabajo.

Recientemente ha puesto a punto un trabajo que, sin duda, ha de reportar indudable utilidad a los estudiosos de la literatura española. Se trata de lo que, los que manejamos textos literarios, denominamos “concordancias” y que, antes de que se aplicaran las técnicas de la informática, se solía tratar por la vía Gutenberg. Pesados volúmenes se utilizaban en los que se podía localizar determinados pasajes de los autores estudiados, mediante un prolijo sistema de combinación de palabras y frases. Eso, actualmente, puede hacerse en un pis pas, utilizando los medios que la electrónica pone a nuestro alcance.

Yo quería informar al lector de este blog acerca de esta actividad docente que ya, más bien por hobby, sigue realizando Garci-Gómez. Y recomendar vivamente la lectura de sus artículos de crítica literaria, siempre jugosos y vitales de contenido, aderezados de una erudición nunca empachosa o cargante, sino todo lo contrario: muy agradable al paladar, por grata y atrayente.

En el terreno de la literatura comparada, Miguel se encuentra en su elemento natural. Esto es posible, especialmente, porque está familiarizado con las lenguas clásicas, además de tener el español y el inglés como idiomas de uso cotidiano, y leer otros varios idiomas europeos. Con este bagaje lingüístico y una innata propensión a la síntesis, es casi inevitable sentir la atracción de la literatura comparada: la vocación surge porque se da el terreno abonado y propicio para ese cultivo.
Pongo aquí una foto de Garci-Gómez, en su aspecto actual. Sobre todo, para que se coteje con aquel boceto que yo hice de su fisonomía a principio de los años 50 del siglo XX.
Recomiendo que busquen sus trabajos de crítica literaria en los referidos cibertextos. Una vez abierta la página, hagan clic en el segundo de los apartados (Obra crítica) y comprobarán que se leen con fruición y auténtico deleite intelectual sus estudios de “endocrítica”, sobre el Cid, La Celestina, y otras obras de autores medievales, barrocos o modernos.
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Para facilitar el manejo de las Concordancias de las obras procesadas con el sistema MGARCI, haga clic en Obras Completas de Cervantes; allí, en el marco de la izquierda, se encuentra la explicación o descripción del sistema.

martes, junio 24, 2008

Los solsticios en su referencia al Castellar

El sol en el Trópico del Capricornio
(Solsticio de invierno)


El pasado 21 de junio, sábado, hemos subido a las torres del Parador (el Alcázar que fue residencia de los duques de Feria, ya a partir del segundo de los duques, bajo la tutoría de la primera duquesa de Feria, Dª Juana Dormer). Aprovechando la circunstancia de que, en dicho día, se programó una visita guiada por las almenas y los pasadizos de los torreones, una buena ocasión para contemplar la ciudad de Zafra desde una posición privilegiada. La visita había sido programada entre las actividades ofrecidas por los organizadores de los festejos que se conocen con el nombre De la Luna al Fuego, y quise aprovechar la oportunidad de la fecha (día del solsticio de verano) y de la hora (el atardecer) para verificar la localización geográfica del fenómeno particular que esa fecha conmemora: el de la máxima elongación hacia el NW (Noroeste) de la puesta del sol. En esta tarde el astro rey invierte su carrera hacia el norte y vuelve grupas hacia el sur. El punto de inflexión es el solsticio. Mañana, cuando se ponga, ya lo hará ‘con el paso cambiado’, tras el viraje. La misma operación, pero en sentido inverso, tendrá lugar el día 21 de diciembre próximo, día del llamado solsticio de invierno, cuando el antiguo dios Febo detenga su marcha hacia el sur y realice el viraje correspondiente hacia el norte. En este recorrido de ida y vuelta el referente es la sierra del Castellar. El roquedal (como el espinazo fósil de un monstruo prediluviano) viene a ser una especie de biombo tras el que se retira a dormir el astro del día. Ese punto que marca el cambio de dirección de la carrera solar es, en el verano, el Trópico del Cáncer; y, en el invierno, el Trópico del Capricornio. Sendos pórticos por los que el sol se va a dormir a su alcoba (el holandés Enrique Cock llamaba al Castellar ‘la alcoba del Sol’, cubilia solis) El autor del poema latino Asafrae Turdetanorum descriptio solía fijarse en estos puntos de referencia, muy corrientes en su tiempo, para localizar direcciones y rumbos. En sus crónicas de viajes (realizados durante su época de servicio en la guardia personal del rey Felipe II) vemos frecuentemente citados esos puntos de referencia mediante las expresiones hacia donde el sol se pone en verano, o, en su caso, hacia donde el sol se pone en invierno. En el poema descriptivo sobre Zafra * estas referencias se expresan, respectivamente, por el Trópico del Cáncer y el Trópico del Capricornio. Así la ladera suroeste marca las estribaciones del Castellar que descienden hacia la ermita de Belén. Cock hace alusión a las fuentes que se hallan a esta parte del Castellar, como son la propia fuente, cercana a la ermita del mismo nombre. Fuente de la que hasta mediados los años 70 del siglo pasado se suministraba agua a los zafrenses que aún no se adaptaban bien al sabor del agua clorada. La otra fuente situada en las proximidades a este lugar es la llamada fuente de la Nava.
He tomado, desde uno de los torreones del Parador, una vista de la puesta del sol en el día del solsticio de verano. El 21 del pasado diciembre, desde la azotea de la fachada del palacio ducal, tomé una foto de la puesta del sol situado en el Trópico del Capricornio. Aquí reproduzco una y otra, a fin de que el lector pueda hacerse idea de lo que fue aquel antiguo sistema de referencia geográfica.




El sol en el Trópico del Cáncer


(El solsticio de verano)
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* Véase J. García Gutiérrez, Zafra y los demás pueblos del Ducado de Feria, celebrados por Enrique Cock (siglo XVI), 2ª edic. patrocinada por Imprenta RAYEGO (2006)
La primera edición fue patrocinada por el Excmo. Ayuntamiento de Zafra, en 1976.

miércoles, junio 11, 2008

EL ARTÍFICE DE LAS DOS ESPAÑAS

Ahí tienen, en esbozo, la figura del dictador, el hombre que tuvimos los españoles que acatar, aceptar, aplaudir y aclamar, so pena de no tener derecho a ser españoles.
Lo llamaron ‘caudillo’, ‘salvador’, ‘liberador’, ‘vencedor del comunismo’, ‘defensor de la patria’, ‘salvaguarda de la Iglesia católica’…
Su efigie se acuñó en monedas, rodeada de la leyenda ‘caudillo de España por la gracia de Dios’. Se le dedicaron monumentos, calles, plazas, pueblos; se ensalzó como ‘héroe nacional’, ‘adalid’, ‘cruzado’, ‘defensor de la fe’; se le recibía en los templos solemnemente bajo palio y se diría que los jerarcas eclesiásticos no sólo lo equiparaban al Santísimo Sacramento, sino que lo consideraban con las atribuciones propias de Dios, particularmente facultado por Él para matar en su nombre. Era el Señor con derecho a disponer de la vida de sus súbditos: el ius vitae necisque (derecho de vida y de muerte)
Fue el artífice de las dos Españas, la de los vencedores y la de los vencidos, y durante toda su vida procuró que perdurase esta dicotomía. Y aunque una de las consignas del régimen era la que proclamaba “España, Una”, lo que se quería dar a entender era: la de los vencedores. La otra era la derrotada, encarcelada, exiliada, asesinada, anulada. El lema completo decía: ‘Una, grande y libre’. Lema falaz, porque el Caudillo siempre estuvo a la defensiva: una sólo por negación y eliminación de la otra; y, en consecuencia, no grande; al estar mermada o disminuida de esa otra; y, lo de libre, tampoco era verdad: no había libertad, ni de expresión, ni de religión, ni, por supuesto, libertad política. Los que pensaban de modo diferente estaban, por lo menos, inhabilitados.
Pues este hombre "providencial" fue, en realidad, patrióticamente hablando, un parricida: perduellionis reus (así llamaban los romanos a quienes se levantaban en armas contra su propio pueblo) Franco fue ese hombre. Toda la parafernalia que lo encumbró mentirosamente por encima de sus falsos méritos, ha quedado reducida, ante la historia, a su verdadera dimensión: la del militar que se levantó en armas contra sus conciudadanos. Pero El Dueño del Adjetivo (Foxá dixit) calificó ese 'alzamiento' de glorioso. ¿Puede llamarse tal el declarar la guerra a su propio país invitando a dos potencias extranjeras a intervenir militarmente contra él?

lunes, junio 09, 2008

Los pálpitos de Rubén

Cogollo de humanidad. Cantor de la vida y la esperanza. Pero, también, atormentado por la angustia y el pesimismo, él, que cantó brillantemente el triunfo y el optimismo con la trompetería más entusiástica.
Su alma se sintió estremecida por ramalazos de desaliento, siendo él un hombre tan positivo, tan dispuesto a creer en la vida. Presagios, como nubarrones, se cernieron, a menudo, sobre la espléndida claridad de su espíritu. Y no pudo evitar ser, él mismo, avisador de desgracias, aunque aborrecía y predicaba el aborrecimiento de aquellos que las pronosticaban:


Abominad la boca que predice desgracias eternas
("Salutación del optimista")

Estos días vuelven a estar de actualidad sus presagios y barruntos. Todo aquello que de sombrío él captaba en las noticias de los teletipos tableteando en las redacciones de los periódicos (él trabajó en uno de éstos) martilleaba sobre su sensibilidad. Y en un poema titulado “Agencia” (del Canto errante) enumera, con los versos más telegráficos (los pareados) una porción de noticias alarmantes:

¿Qué hay de nuevo? Tiembla la tierra.
En La Haya incuba la guerra...

Y sigue la enumeración de una serie de sucesos, a manera de “presagios funestos”, señales apocalípticas, inquietantes ‘ecos de sociedad’, algunos de ellos teñidos de contradictoria ironía:

Henry de Rostchild es poeta *

O, también,

Desembarcó el Marqués de Sade
procedente de Seboín **

Rubén recelaba, incluso, la legalización de perversiones como la pederastia:

Se organizará por un bill
la prostitución infantil.



Hoy me he acordado de este Rubén, inquieto por la proximidad del Apocalipsis. Nuestras actuales ‘agencias’ nos traen noticias preocupantes: Huelga de transportes. Tiembla la tierra en el Peloponeso y tembló hace poco en China, con efectos calamitosos. Hay desbarajustes climáticos. No faltan guerras en varios puntos del planeta. Y se nos arruina visiblemente la casa que llamamos ‘medio ambiente’: calentamiento global, especies en peligro de extinción (la humana, entre ellas) “¿Hay algo más, Dios mío?”, nos preguntamos con Rubén.
Peligran seriamente la vida y la esperanza, querido Rubén, poeta universal.
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* El hombre más rico de su tiempo. Una contradicción, pues la opulencia y la poesía no han ido nunca de la mano. Recordemos aquello de “aquí enterraron de balde / por no hallarle una peseta…(no sigas: era poeta)”
** El Marqués de Sade era un crápula. Su regreso de Seboín (junto con Sodoma y Gomorra, una de las cinco ciudades más corruptas de la antigüedad) no presagiaba nada bueno.

sábado, junio 07, 2008

Recuerdos de Aceuchal

* Actual logotipo de Correos


(Siglo XX)




La Señá Miguela vivía en la calle Badajoz. Era especialmente devota de San José y fomentaba la correspondencia epistolar con este santo. La cercana capilla de San Felipe (cercana a su casa y a la de mi abuela paterna, en la calle del Llano de Postrera) hacía de estafeta de Correos a través de la cual se tramitaba esta correspondencia. Gracias a las diligencias de Miguela, San José (que tenía por norma no contestar a ninguna carta) recibía peticiones de sus devotos por la vía epistolar. ¿Qué pasaba con aquellas cartas? ¿Las leía alguien antes de que fueran destruidas? ¿Se quemaban? ¿Las guardaba Miguela en algún archivo, como si fueran ex-votos?
El caso es que daba la impresión de que los santos eran tan humanos que incluso podían recibir cartas. Y hasta hacer más caso a los ruegos por escrito. Algo así como más tarde hacían los monitores de los llamados Cursillos de Cristiandad, cuando en algunas de aquellas tácticas de conversión, que aplicaban a los catecúmenos, los invitaban a acercarse lo más posible al altar para que el Cristo eucarístico los oyera mejor. La sugestión de la proximidad.
Yo, aunque fue sólo en una ocasión, también envié una carta al casto, prudente y abnegado santo.
Lo que prueba que uno, alguna vez, también ha sido ingenuo. Claro que ¡hace tantos años!

¡Que se besen!

Alguna vez los compromisos de carácter social, o familiar, nos llevan a asistir a esos rituales en los que dos personas quieren dejar constancia de que van a dar un paso crucial en sus vidas. El ritual del matrimonio suele incluir una serie de trámites conocidos: ceremonia civil o religiosa (preferentemente esta última, en las familias tradicionalistas), banquete nupcial (pre-banquete, también llamado buffet), banquete propiamente dicho y post-banquete ('barra libre', con o sin, discoteca)
Toda esta parafernalia, aun siendo normalita, no suele durar menos de ocho horas. Durante ese tiempo se pueden hacer hasta tres digestiones.
En el transcurso del banquete no tendremos más remedio que corear (por supuesto, con decidido entusiasmo) los ‘¡vivas!’ a los novios, cuando algunos de los comensales lancen el grito de rigor:


- ¡Vivan los novios!
Éstos suelen mostrarse, como es natural, muy complacientes y receptivos con los invitados, desplazándose, incluso, en torno a las mesas para preguntar a los convidados qué tal se lo están pasando.
En uno de los momentos (habrá más de uno) el animador de turno pedirá a los cónyuges que se den, ante el público, una prueba de su mutuo amor:
- ¡Que se besen! ¡Que se besen!
Lo que suele ser coreado inmediatamente por la mayoría.
A los novios (¡qué remedio!) no les queda otra salida airosa más que complacer al respetable y demostrarse su cariño con un tierno y casto beso. Pero a algunos no les parece suficientemente apasionada la muestra y se atreven a proponer:
Con la lengua! ¡Con la lengua!
Sólo que, esta vez, la osada propuesta no alcanza el voto unánime, como la anterior. Los novios no son, en este caso, tan complacientes como para acceder a la desaforada petición, que va contra el más elemental derecho a la intimidad y al buen gusto.
En fin: que está bien lo de la broma y la chanza, pero sabiendo guardar las formas.
-Nâo acham? (¿No les parece?)

miércoles, junio 04, 2008

UN TÓPICO LITERARIO




* Busto de Lucio Anneo Séneca (Séneca el Menor)



(Los impossibilia o adýnata)









Un suceso se considera de improbable realización cuando contradice los datos de la experiencia, o se opone a las leyes de la Naturaleza. De acuerdo con este criterio, se puede deducir la posibilidad, o imposibilidad, de que algo ocurra: Juzgamos inviable lo que está en flagrante contradicción con esas leyes. De ahí el recurso expresivo que ha dado origen al tópico de los impossibilia, lo que en griego se llama adýnata (= los imposibles)
La presencia del tópico en cuestión se nos revela en ese recurso de la literatura oral que recalca la improbabilidad de un suceso, haciéndolo coincidir en el tiempo con la realización de otro que juzgamos irrealizable. Tal cosa sucederá cuando…
En el idioma inglés el dicho popular es…when the cows jump over the moon (cuando las vacas salten sobre la luna).
En España, el dicho equivalente es: cuando las ranas críen pelos.
En mi pueblo natal se solía decir: cuando San Juan baje el deo. (En referencia a una imagen de San Juan Bautista, señalando con un dedo hacia arriba)
Una modalidad del tópico es la que sitúa la realización del suceso (considerado improbable) en una fecha inexistente en el calendario: el 30 de febrero. O, como decían los romanos, ad Kalendas Graecas (no existía en el calendario griego, a diferencia del romano, una fecha con el nombre de Kalendas)
Afín al tópico de los impossibilia es el tópico llamado “el mundo al revés”. Un mundo que sería contrafigura del mundo de la experiencia y que consideramos constitutivamente utópico: es un mundo que se descubre por referencia al llamado mundo real, sólo que no es el real. Es el mundo de Alicia: el mundo de los sueños y el mundo del espejo. El mundo, en fin, de la realidad…virtual.
Curtius, en su ya imprescindible libro de referencia a los tópicos literarios[1], remonta la antigüedad del tópico de los impossibilia a la época de Arquíloco, quien parece haber sido su inventor (seguro que existen precedentes, aunque no los conozcamos)
Lo cierto es que, si nos ponemos a seguirle la pista al tópico, encontraremos numerosos ejemplos del mismo en la literatura de todos los tiempos (y, conjeturamos, de todas las lenguas; por más que sólo por unas pocas tengamos noticia de su existencia)
El tópico de los impossibilia se identifica, en muchas ocasiones, con el tópico del 'mundo al revés'; y, en algunas, con el recurso literario que llamamos hipérbole (que consiste en una exageración)
Podemos allegar ejemplos tomados de Virgilio, Horacio, Ovidio, u otros clásicos; pero por mor de la brevedad vamos a referirnos a unos pocos autores, nacidos todos en la península ibérica. Sus nombres son: Séneca (Lucio Anneo), el portugués António Ferreira, Garcilaso, Lope de Vega, Vicente García de la Huerta. La influencia de Séneca en el autor portugués fue estudiada por J.P. Wickersham Crawford hace ya muchos años[2]
Comencemos por Séneca, nacido en Córdoba (4 p.C), preceptor de Nerón y condenado a muerte por éste. Entre las obras dramáticas de Séneca podemos encontrar ejemplos del tópico de lo imposible. Veamos algunos:
Antes nacerán las mieses en el fondo del mar,
o será apacible el sonido de sus olas encrespadas;

antes la Osa Polar se bañará en sus vedadas aguas [3],
que las naciones dejen de alabarte (Herc. Oet., 1582-6)
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Antes podrás casar el agua con el fuego,
o la Syrte traidora ofrecerá a los barcos segura travesía;
antes el mar Hesperio hará nacer el sol por ese lado;
y los lobos vendrán a lamer a los ciervos;
que yo ceda, vencido por la fémina,
o me muestre rendido a sus encantos
. (Phaed. 568-73)
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Antes se unirá el fiero mar con las estrellas,
el fuego con el agua,
con el sañudo infierno el claro cielo,
la luz con las tinieblas,
la noche con el día;
que yo mi mente acople
con el cruel asesino que es mi cónyuge*:
jamás olvidaré a mi hermano muerto
. (Oct. 222-6)
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¿Thyestes ama a su hermano? Antes la Osa
en el mar se bañara, o la vorágine
del siciliano mar se detuviera;
o en el Jónico piélago
las mieses maduraran;
o la noche cerrada iluminara
la Tierra, o el viento con el mar hiciese pacto
y fe se prometiesen.
(Thy. 476-82)
En la obra dramática del cordobés se inspira el autor portugués del Quinientos, António Ferreira. Y, a su vez, en la tragedia Castro, de este último, se inspira el autor gallego Jerónimo Bermúdez, autor de Nise lastimosa y Nise laureada, sendas tragedias sobre la vida de Inés de Castro. El español Vicente García de la Huerta, en su Raquel, se inspira en la obra del portugués y, probablemente, también en la del orensano Bermúdez. El caso es que, si no directamente, sí indirectamente, también recibe la influencia de Séneca.
Veamos algunos ejemplos del tópico de los impossibilia, tanto en Ferreira como en nuestro paisano, el zafrense García de la Huerta.
En uno de los pasajes de Castro, el secretario y consejero del infante hace las siguientes reflexiones:
Quem ajuntar poder com agoa o fogo,
Quem misturar co dia a noite escura,
E quem o mau pecado com a virtude,
Este no amor ajuntará razâo,
Este em falsa lisonja a lealdade
(vv. 239-43)

Y el infante Don Pedro, jurando amor a Inés, le dice:
que primeiro
a terra subirá onde os ceos andam,
o mar abrasará os ceos e terra,
O fogo será frio, o sol escuro,
a lua dará dia, e todo mundo
andará ao contrário de sua ordem
que eu, ó Castro, te deixe, ou nisso cuide
(vv. 393-99)
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Como se ve por este último ejemplo, aquí se hace coincidir el tópico de lo imposible con el del “mundo al revés”. El amante considera algo “contra Natura” el hecho de que él pueda no ser fiel a su amada. En este mismo sentido se manifiesta el zafrense Vicente García de la Huerta:
que antes el sol apagará sus luces
y se hundirá la máquina del cielo,
que Fabio deje de adorar a Lisi
a pesar de sus iras y desprecios
(Poema 59, vv. 41-4)[4]
Pero el poema 79 de ese mismo libro (un soneto) está montado, como un engarce, sobre el consabido tópico. Transcribo solamente el primer cuarteto:
Antes al cielo faltarán estrellas,
al mar peligros, pájaros al viento,
al sol su resplandor y movimiento
y al fuego abrasador vivas centellas

Algunos ejemplos más del tópico en la obra de Huerta se pueden encontrar en la Raquel
(Jornada II, vv. 44-48 y Jornada III, vv.653-62) En ambos ejemplos el tópico reviste una forma hiperbólica.
Atrás hemos dejado de mencionar sendas citas de Garcilaso y de Lope. Del primero nos encontramos un ejemplo en la égloga I. Lo ponemos a continuación:



La cordera paciente
con el lobo hambriento
hará su ayuntamiento,
y con las simples aves sin rüido
harán las bravas sierpes ya su nido
(vv. 102-8)


Por último dos ejemplos más en los que el tópico reviste forma de hipérbole. El primero corresponde a La Circe, de Lope de Vega. Ponderando la fuerza de Polifemo, dice el poeta:


De una mina de mármoles previene
un gran peñasco y, tan feroz lo arroja,
que la cara del sol retira y moja
. (Canto II)

Finalmente, el muestrario lo cerraremos con un ejemplo de Miguel Hernández, en su poema titulado “Mi sangre es un camino”, (Ed. de A. Sánchez Vidal y C. Rovira,t.I, pág. 534) donde el poeta pondera el ardimiento de su sangre enamorada,




capaz de despertar calentura en la nieve (Poemas sueltos)


Con esto ponemos fin a este breve repaso por el tópico llamado de los impossibilia, o también, adýnata. Evidentemente, los ejemplos aportados constituyen, como puede suponerse, sólo una mínima parte de la presencia de este tópico en la literatura universal.




* Nerón


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[1] E.R. Curtius, Literatura europea y Edad Media latina, (1995), t. I, pág. 144
[2] “The influence of Seneca’s tragedies on Ferreira’s Castro and Bermúdez Nise lastimosa and Nise laureada, en Modern Philology, XII, (1914), pp. 171-186
[3] Las constelaciones de la Osa Mayor y la Osa Menor no tocan nunca el mar. Virgilio anota esta observación (Georg.I,246) Nuestro Fray Luis de León se hace eco del verso virgiliano en su “Oda a Felipe Ruiz” (“por qué están las dos osas/ de bañarse en el mar siempre medrosas”)
[4] Cito por la edición de Miguel A. Lama, V.García de la Huerta, POESÍAS, Editora Regional de Extremadura (1997) p. 442