martes, febrero 28, 2012

EL BISIESTO EN EL CALENDARIO ROMANO

Estamos en el 28 de febrero, en el III a. Kal. Mart. Mañana, 29, será el día adicional que los llamados años bisiestos incorporan a este mes. ¿Cómo se contabiliza una fecha según el cómputo del calendario romano? Pues, en principio, el método puede resultar algo complicado. El mes, cualquiera que sea, se considera dividido en tres partes, que corresponden, respectivamente, a las Nonas, las Idus y las Kalendas. Las Nonas van del 2 al 7 (ambos incluidos) en los meses de marzo, mayo, julio y octubre; y del 2 al 5 (igualmente ambos incluidos) en los meses restantes. Las Idus caen 8 días después de las Nonas correspondientes de cada mes, es decir, el día 13 para aquellos meses en que las Nonas caen el día 5; y el día 15, para aquellos otros en que las Nonas caen el día 7. Y, finalmente, las Kalendas se computan como aquellos días que siguen a la fecha de las Idus hasta el 1 del mes siguiente, incluida esta fecha. Un verso memorístico ayuda a recordar esos tramos respectivos de cada mes:
Sex Maius Nonas, October, Iulius et Mars;
quattuor at reliqui, dabit Idus quilibet octo.

(Seis son los días de las Nonas en Marzo, Mayo, Julio y Octubre.
Cuatro en los meses restantes. Las Idus (respectivas) caen ocho días después (de las Nonas)

O sea, en marzo, mayo, julio y octubre, las Nonas caen el día 7 y, en el resto de los meses, caen el día 5. El tramo que va desde el día después de las Idus hasta el 1 del mes siguiente (ambas fechas inclusive) es el tramo que corresponde a las Kalendas. ¿Cómo se computan los respectivos días de Nonas, Idus y Kalendas? Si el día está en el tramo correspondiente a las Nonas, se cuenta el día de la fecha a datar y los demás, hasta la fecha de las Nonas, incluida. Por ej. ¿cómo indicaremos el día 3 de marzo? Se cuentan los días que van del 3 al 7 (pues las Nonas caen el 7 en dicho mes) ambos inclusive, y al resultado numérico, 5 en este caso, se le pone el ‘ante’ (a.) seguido de la palabra Nonas y el nombre del mes correspondiente. Abreviadamente, el 3 de marzo se dirá en latín V a. Non. Mart.

De modo análogo se procede para otras fechas. ¿Cómo pondremos el 9 de marzo? Esta fecha cae antes de la referencia correspondiente, las Idus, que caen el 15 de marzo. Entonces, ya sabemos, contamos del 9 al 15, ambos inclusive, y vemos que son en total 7 días. En números romanos VII. El 9 de marzo será el VII a. Id. Mart.

Si el día que queremos datar en latín cae después de las Idus, se contabilizarán cuántos son los días que han de transcurrir hasta el 1 del mes siguiente, es decir, el día de las Kalendas del mes que sigue al de la fecha que queremos datar. ¿Cómo se escribirá en latín el día 16 de mayo? Como esa fecha es la del día siguiente a la de las Idus (que caen el 15) se puede escribir, sencillamente “postridie Idus Maias” (el día siguiente a las Idus de mayo) Pero se pueden contar los días que van del 16 de mayo al 1 de junio (ambos inclusive) y tenemos que son 17 días. (XVII) El 16 de mayo será, en latín XVII a. Kal. Iun.

Ahora bien, en los años bisiestos se procedía de una manera un tanto peculiar. Como los días de febrero son 28, excepto en los años en que el mes tiene 29 días (como es el caso de este año) se consideraba que había un día repetido, el 24 de febrero (VI a. Kal. Mart.) este día repetido, o día de más, se trasladaba al 25 que era, como si dijéramos, dos veces el 24 de febrero (bis VI a. Kal. Mart.) bis sextus ante Kal. Martias. De ahí lo de “bisiesto”.

viernes, febrero 24, 2012

LO QUE GASPAR DIJO A BALTASAR

“No acato ni respeto un escándalo supremo”. Éste es, exactamente, el título completo del artículo que, con fecha de anteayer, insertaba en el diario El País el diputado de IU Gaspar Llamazares. El artículo en cuestión es un fiel reflejo de la opinión que muchos compartimos, por más que no osemos manifestarla de forma tan rotunda y categórica como el portavoz de la mencionada agrupación política. La sentencia del TS que inhabilita al juez Garzón por el presunto delito de prevaricación en las escuchas de la trama Gürtel (las grabaciones de las conversaciones entre los imputados en dicha trama y sus abogados) le ha costado al juez su inhabilitación como tal durante once años. Esta condena del juez, imputado bajo el cargo de prevaricación, conllevará, como es de temer, la anulación del juicio contra los ‘presuntos implicados’ quienes se irán seguramente de rositas, muy satisfechos de haber puesto fuera de combate al juez que ha dado más prestigio hasta ahora a la judicatura, no sólo española sino, también, universal.
El juez que internacionalizó la justicia, que consiguió sentar en el banquillo a varios representantes de regímenes totalitarios (de Chile y Argentina) que puso en evidencia la trama de los GAL, que... etc., etc. el juez estrella, por antonomasia, ha venido a estrellarse ante el búnker del franquismo. Y es que el aparato judicial del régimen sigue vigente aún, sin que esta valetudinaria democracia haya conseguido superar su tara de nacimiento, asimilable al enanismo, constitutivo y constitucional, y cuya réplica, en lo político, la representa el franquismo.
El aparato legal del franquismo sigue virtualmente en pie, pese a ciertas disposiciones legales como la llamada Ley de Amnistía, que hubo de habilitarse para que salieran de las cárceles todos aquellos que, a la fecha de promulgación de dicha ley, continuaban en prisión, condenados por presuntos delitos, así catalogados por el régimen, como fue, por ejemplo, el llamado “auxilio a la rebelión”. La tergiversación política que venía a consagrar el tópico del mundo al revés. Pues bien, lo paradójico de esta democracia es que uno de los partidos mayoritarios que la integran y que actualmente está en el gobierno, rehúsa condenar el franquismo, que es el sinónimo de la dictadura, pretendiendo compatibilizar democracia y franquismo. El voto de castigo que el PSOE recibió el pasado 20-N (sus votantes o se abstuvieron, en parte, o dieron su voto a partidos más hacia la izquierda. Quizás hubo, posiblemente, quienes dieran su voto a la derecha. Algo también hubo de influir la guerra sin cuartel que los líderes de la izquierda, sobre todo Zapatero, hubieron de sufrir por parte de los maulladores gatos de Intereconomía) La alternancia política es deseable, pero esta vez la ha propiciado el aburrimiento político de la izquierda. Y esto no es más que un remedo del baile de la yenka (‘izquierda, izquierda, derecha, derecha...) dar saltitos para volver a lo mismo. Decepcionante. Democracia de cartón piedra, de guardarropía. Democracia trufada de franquismo no es democracia. A los hechos me remito: Sin una condena explícita del franquismo, sin una anulación de las sentencias que el régimen dictó en su momento (acomodando las leyes a su arbitrio) lo que hay, ha habido y seguirá habiendo en España es una caricatura de la auténtica democracia.
No sé cómo los españoles nos hemos avenido a seguir con este estado de cosas, que fue tolerable mientras se consideró que era una de las imperfecciones propias de una democracia en rodaje como fue la llamada Transición. Pero ¿qué clase de democracia es ésta que aún no ha acabado de erradicar todo rastro de totalitarismo, que cuenta la historia desde la óptica del vencedor, que, desde su propia experiencia de “placidez”, justifica la no condena de un régimen que perpetró uno de las mayores genocidios de la historia de este país?
Y que no ha abjurado del franquismo, a nivel constitucional, de una manera explícita, que se recoja expresamente en la Constitución, es decir, a nivel político; sino que, aún más, ha inhabilitado al juez que, por la vía jurídica, se disponía a gestionar la condena que, por la vía política, no se había obtenido de esa parte de la sociedad que pretende integrarse en el sistema democrático, entrometerse en él con las armas y bagajes de un franquismo residual.
Esto es, sencillamente, aberrante. Es querer perpetuar la Transición para así escamotearnos a perpetuidad la Democracia, con mayúscula. O, como ahora se reclama por los estafados del 15-M: la democracia real. En el sentido de auténtica. No en el sentido de regia: estamos conformes en que sea también ‘real’ en este sentido. A condición, sobre todo, de que lo sea en el otro. Es decir, en el de una democracia de veras.

jueves, febrero 23, 2012

MIGUEL HERNÁNDEZ EN LATÍN

Tenemos noticia de que Miguel Hernández ha sido traducido, si no totalmente, sí al menos parcialmente, a diversos idiomas europeos: el ruso, el checo, el italiano, el portugués... Yo he ensayado en alguna ocasión traducir algunos de sus poemas al latín (alguna de las octavas de Perito en lunas, por ejemplo)

Hoy traigo aquí a colación un breve poemilla de juventud, anterior a Perito, poema que llamó mi atención por su carácter premonitorio. Este poemilla es una muestra de que el poeta intuyó con clarividencia, ya desde su primera juventud, que su vida iba a ser breve. La intuición de su temprana muerte suele ser un típico Leitmotiv hernandiano, especialmente a partir de El rayo que no cesa.

El poema cuya versión al latín voy a dar aquí constituye, seguramente, el primer testimonio de esa premonición de que su vida sería breve. Copio a continuación el texto de Miguel Hernández y seguidamente ofrezco una versión libre en hexámetros latinos.


Sabe: Que me iré por el sendero
muy melancólicamente,
muy pálido y muy ligero,
y que me iré muy temprano:
tal vez no esté todavía
el sol en el meridiano.

Scito: me iturum esse via qua semita triste
monstrat iter leti, properans et pallidu' valde.
Mature vita decedam, forsan adhuc sol
sidereo cursu non tangat culmina caeli.

En el 2º verso me permito la licencia de la 's' volada (5º pie) La palabra es pallidus. La licencia permite que dicha palabra sea un dáctilo, como habitualmente lo es el 5º pie del hexámetro. De no ser así nos resultaría una sílaba larga por posición.

miércoles, febrero 22, 2012

MISCELÁNEA

¿Lo actual o lo inactual? Lo actual corresponde a lo anecdótico y es pasajero. Lo inactual es lo permanente y corresponde a la categoría. Yo prefiero, casi siempre, lo segundo, aunque, paradójicamente, entiendo por ‘inactual’ aquello que, por ser de todas las épocas, siempre está de actualidad. Entre los temas de actualidad los hay que son de rabiosa actualidad. Son aquellos que la prensa y, en general, los medios de comunicación, airean a diario. Dan lugar a polémicas y son objeto de debates, regulados por el correspondiente moderador. Uno de estos temas de ‘rabiosa’ actualidad es el referido al llamado ‘caso Urdangarín’: el del ‘presunto’ pelotazo (en el sentido, esta vez, menos deportivo de la palabra y más en conexión con el tema de las finanzas: el que atañe al dinero conseguido mediante operaciones fraudulentas) No sabemos si el ‘presunto’ delincuente lo será o no; lo cierto es que cuando, recientemente, unos periodistas pretendían abordarlo, para recibir alguna información de parte del propio interesado, éste puso pies en polvorosa y se dio a la fuga. Habría que decir, recordando el título de Antonio Gala, ¿Por qué corres, Urdangarín?

La huída arguye culpabilidad y es indicio de conducta delictiva, como corrobora el dicho popular “el delito es cobarde”. ¿No hubiera sido más elegante aguantar el tipo y afrontar la situación con alguna de las frases que pueden ayudar a salir del paso, tales como “el asunto está en manos de mi abogado y no deseo hacer ninguna declaración”? ...o algo por el estilo. Después de todo, los que iban tras de ti llevaban sólo un micrófono o una grabadora, no una pistola.
Pero, no: instintivamente te diste a la fuga, lo que ya abona la sospecha de culpabilidad. Ibas, como dice el refranero escatológico extremeño, “que perdías el culo”. Lo malo es el lío desagradable en el que has metido a la corona. Ya hay quien cree que, con tu proceder, estás favoreciendo la causa de la república, como eterna contrapartida de la monarquía. Y eso que tu suegro había hecho méritos para acceder, por derecho propio, al cargo que le asignó el dedo del dictador. Entre ellos, el de prometer, en su toma de posesión del trono, “que él quería ser el rey de todos los españoles”, cosa que le agradecimos en el alma, sobre todo, los desheredados de la República. Y, sobre todo, el refrendo popular que tuvo lugar con ocasión del llamado ‘tejerazo’; por más que ahora se cae en la cuenta de que el rey anduvo algo tardón en comparecer frente a las cámaras de la TVE en aquella coyuntura. El caso es que lo hizo, poniéndose del lado del pueblo y en contra de los golpistas; y el pueblo, agradecido, se lo premió y el efecto del golpe fue como un plebiscito que lo consolidó de iure en el trono. El ‘tejerazo’ sirvió para consolidar la monarquía; lo mismo que ahora tu ‘pelotazo’ puede contribuir a debilitarla y hacer que nos acordemos de la República. Por estos días se ha escrito (y se seguirá escribiendo) acerca del conflicto entre ambos sistemas de gobierno, a pesar de que ya en tiempos de Cicerón (en el que había tertulias, como en el nuestro, donde se debatían estos y otros temas) se consideró que ambas cosas, a saber, monarquía y república, no tenían por fuerza que ser incompatibles, sino que se podían armonizar en lo que podríamos llamar la “monarquía constitucional” o, como decía Cicerón, “regali re publica” (una república regia, o monárquica) (R.P. 3.47) Finalmente, para terminar este comentario, quiero remitir a uno de los más recientes artículos del cronista local de Jerez de los Caballeros, miembro de la R. Academia de las Letras y las Artes de Extremadura, el escritor Feliciano Correa, cuyo escrito titulado “De Guerra a Urdangarín” se publicó en el diario HOY, de fecha 15 de febrero de 2012, hace ahora justo una semana. Como dicho periódico no tiene un espacio reservado a los artículos de opinión (en su edición digital) remitimos al único enlace que hemos podido localizar en Internet: el de los Cronistas oficiales de Extremadura. El artículo citado se publicó en este medio con fecha 17 de febrero de 2012. Espero que en el
enlace adjunto el lector tenga la oportunidad de leer ese trabajo, si es que en su día no lo leyó.

martes, febrero 14, 2012

NUESTRA 'PRESUNTA' DEMOCRACIA NO SUPERA LA PRUEBA DEL ALGODÓN

En la sección de opinión que corresponde a las cartas de los lectores, el periódico Público inserta una carta referida a nuestra disciplinada Transición, tan elogiada en su momento que incluso se le aplicó el epíteto de 'modélica', por no haber planteado reivindicaciones de entrada, que nos hicieran pisar sobre seguro en el terreno de la democracia. Tras la muerte del dictador, el aparato de poder del régimen permanecía íntegro. No sólo el aparato militar, sino también el judicial seguía al servicio de la ideología del estado totalitario: no hubo quien osara plantear ni siquiera una medida tan elemental y necesaria, para que pudiera echar a andar el tullido ‘poder del pueblo’, como hubiera sido la anulación de las sentencias de carácter político del franquismo. Así, la vigencia de las penas y las responsabilidades políticas derivadas de la llamada Causa General seguían intactas y continuaban en las cárceles los que habían sido imputados por delitos políticos. Lo procedente hubiera sido anular aquellas sentencias, pero tal medida no hubiera sido aceptada por el aparato político del franquismo. Para poder sacar de las prisiones a las víctimas de aquellas injustas condenas hubo que arbitrar, a instancias de la parte perjudicada, la que se llamó Ley de Amnistía que, por cierto, se abstuvieron de votar en el Parlamento los representantes de Alianza Popular: en modo alguno se sentían concernidos por la tal ley. A pesar de ello, hoy recurren a dicha ley para tratar de alegar el delito de ‘prevaricación’ por parte del juez que trató de conseguir, por la vía jurídica, la condena del franquismo, cosa que por la vía política se negaron a aceptar los herederos de esa ideología. La Ley de Amnistía no contempló nunca (al menos en su génesis y su elaboración) el perdón de los crímenes del franquismo, sino la remisión de las penas de quienes habían sido condenados por delitos políticos. Esa ley ‘no iba con ellos, los herederos del franquismo’, no les concernía. Esto ya se ha aclarado en ocasiones anteriores y se ha aludido, en más de una, a cierto artículo sobre el particular aparecido en El País.

La apelación a la llamada Ley de Amnistía (1977) no es procedente por los motivos que acabamos de exponer. Pero es que dicha ley hubiera sido innecesaria, si se hubiera arbitrado como previo requisito, para iniciar el cambio de la dictadura a la democracia, la anulación de las sentencias dictadas por el franquismo, por lo que dicho régimen consideró delitos políticos, como el llamado “auxilio a la rebelión”.
Pero es que, además, los delitos contra la Humanidad no prescriben, según una norma universal (refrendada por el propio Gobierno de España). Así que el encausamiento del franquismo es de justicia y su dilación y aplazamiento no es más que una rémora para la implantación de la verdadera Democracia.
En este compás de espera seguimos, sigue el pueblo español. En la espera de que se haga justicia a las víctimas del franquismo.
Resulta altamente preocupante que los tribunales correspondientes se hayan negado a anular sentencias como la que condenó a cadena perpetua a Miguel Hernández, patriota ejemplar y defensor de la causa republicana como soldado (“para la libertad sangro, lucho, pervivo”...)
Su familia, que reclamó la anulación de esa condena, se ha visto decepcionada por el tribunal de la ‘presunta’ democracia española que ha desestimado esa petición. Hubiera sido un merecido homenaje a un gran poeta y soldado, defensor de la causa del pueblo.

¿O es que los verdaderos patriotas sólo
estaban en el lado de Franco?

domingo, febrero 12, 2012

ARGUMENTOS POR UN TUBO (CATÓDICO)

En los medios de comunicación se prodigan cada día más los debates apasionados, acalorados, enardecidos. Inútiles, por lo demás, porque los oponentes ya están firmemente determinados a mantenerse en sus trece, a empecinarse en su particular ‘verdad’, o en llevarse el gato al agua. La estrategia puesta en práctica para este fin se aplica con eficacia infalible por el programa televisivo de ese título. Consiste en plantear preguntas cuyo resultado estadístico ya es previsible en el sentido que se propone la encuesta. La razón es muy sencilla: los votantes que participan en esas encuestas ya están adscritos a una determinada ideología, predispuestos a sentenciar en un determinado sentido de grupo. Da la impresión (naturalmente, falsa) de que los resultados de ese tipo de encuestas son extrapolables a la totalidad de la población no participante en tales consultas. La manipulación es evidente.

Se falsea la verdad y se blanquea la mentira, como el dinero negro. Y ya casi no sabe uno a qué atenerse. Se falsea la misma democracia de manera que cabe desconfiar de su bondad como sistema de gobierno. La definición de Churchill (con su toque de ironía británica) era “la democracia es el peor sistema de gobierno, excluidos todos los demás” (lo que equivalía a decir: el menos malo) Otra definición más a tono con las circunstancias actuales podía ser ésta: la democracia consiste en hacerle creer al pueblo que es él el que manda. Otra cosa es la realidad, como hemos visto estos días en el caso de la reciente inhabilitación del juez Garzón. Se le ha acusado nada menos que de aplicar métodos totalitarios, impropios de un estado democrático, y más bien propios del franquismo que, por cierto, se niegan a condenar quienes apelan ahora a este peregrino argumento. Doña Esperanza Aguirre, en apoyo de la sentencia del TS, afirmó con rotundidad el viejo principio de que “el fin no justifica los medios”. Principio que, sin embargo, se aplica o no, según convenga. Pongámonos ahora en el caso de la rebelión militar del franquismo y supongamos que los fines de esa rebelión eran buenos: acabar con los desórdenes achacables a la falta de autoridad del gobierno de la República. ¿Justificó ese presunto buen fin la eliminación sistemática del rival político con el consiguiente coste de vidas humanas que el llamado Alzamiento ocasionó? Desde luego, doña Espe, el fin no justifica los medios, pero ustedes no han condenado los crímenes del franquismo contra la población indefensa. Para ‘enjuagar’ los tales crímenes recurren siempre a Paracuellos y al genocida Carrillo, cuando lo de Paracuellos fue ‘posterior’ y, desde luego, una consecuencia de la espiral de violencia desencadenada por las previas matanzas del franquismo, como la de la plaza de toros de Badajoz y todas las penalidades y desgracias que la represión ocasionó en esta y otras provincias, como el éxodo de la llamada ‘columna de los 8.000’. Paracuellos fue la consecuencia de la siempre censurable Ley del Talión. Recuerde usted lo que dijo Yagüe para justificar las matanzas en la retaguardia: “No iba a dejar tras de mí a gente que podía reincorporarse al frente enemigo” (más o menos) Es la misma implacable lógica de guerra la que prevalecería en el caso de Paracuellos. Pero es el caso que el genocidio franquista continuó tras la victoria. Y se continuó la purga política con la llamada Causa General y se disfrazó de legalidad toda la posterior represión. Se le dio la vuelta a las cosas hasta el punto de llamar ‘rebeldes’ a las víctimas de la rebelión militar. Y se tuvo la desfachatez de tipificar como “delito de rebelión” a los que defendieron la república, o ayudaron por razones humanitarias a los perseguidos por los verdaderos rebeldes. Una historia, sin duda, contada por el criterio del vencedor.
Y el Diccionario biográfico de la RAH sin rectificar. O sea, el tópico del mundo al revés.

viernes, febrero 03, 2012

NADIE ES PERFECTO

El axioma que da título a estas líneas sirve para bajarle los humos a cualquiera que se sienta "pagado de sí mismo" por encima de lo necesario. Pero esa frase constituye, también, uno de los mejores gags cómicos de una película inolvidablemente divertida como fue la titulada Con faldas y a lo loco, protagonizada por Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemon. Éstos últimos tienen que disfrazarse de mujeres para completar el elenco de una compañía de músicos. Resulta que uno de estos travestidos ocasionales (Jack Lemon) no puede evitar que se encapriche con él cierto señor entrado en años, dispuesto a llevar al altar a la presunta fémina. Ésta trata de disuadirlo presentándole una serie de inconvenientes con los cuales intenta convencerlo de que no podría hacerlo feliz. Cuando ve que ninguno de los obstáculos que le pone logra hacerlo desistir de sus propósitos, se quita la peluca postiza, recupera su voz masculina y le confiesa:

_ Es que soy un hombre.

Y el obstinado pretendiente responde:

_ Nadie es perfecto.

Y en esta frase se alcanza el climax cómico de la película.
Aquí lo pueden ver.