domingo, abril 27, 2014

LA UNIVERSIDAD DE CÁDIZ EDITA EL EPISTOLARIO COMPLETO DE ENRIQUE COCK

Para quienes conocen la historia de Zafra el nombre de Enrique Cock no puede resultarles desconocido, ya que es el autor de un poema en latín cuya traducción castellana me cupo en suerte realizar, hace ahora casi 40 años. Este poema lleva por título Asafrae n o b i l i s s i m i Turdetanorum Beturiae oppidi Ducatusque Emporitani brevis descriptio (Breve descripción de Zafra, muy noble ciudad de la Beturia Turdetana y del Ducado de Feria)  Había sido mencionado por todos los investigadores locales y transcrito por uno de éstos como fue el cura Vivas Tabero. También el erudito Rodríguez Moñino publicó una transcripción en la Revista de Estudios Extremeños (vol X, nos. 1-4, pp. 359-68) Pero ninguno de esos investigadores, ni otros anteriores, como pueden ser Bartolomé José Gallardo o Vicente Barrantes, osaron emprender la tarea de su traducción. Cuando yo llegué a Zafra en 1967, empecé a interesarme por este curioso documento y vi que podía adjudicarme la tarea de traducirlo. Esta tarea no podía hacerse efectiva basándose en las transcripciones existentes: tanto la de Vivas Tabero, de 1901, como la de Rodríguez Moñino, de 1954, presentaban erratas de bulto y se hacía por completo imposible realizar la traducción sin el manejo del manuscrito original. Así que me puse en contacto con la sección de reprografía de la Biblioteca Nacional de Madrid y me hice con una fotocopia del documento original. Había que llevar a cabo, ante todo, una transcripción fidedigna, pues las anteriores no servían para este fin. Tuve la satisfacción de que el profesor y amigo Don Antonio Holgado considerase esta transcripción como "definitiva". Su fidelidad al texto del manuscrito era la más fiable de las existentes hasta el momento.

La traducción del poema de Cock me llevó a ocuparme de otros escritos del autor holandés y a leerme otros poemas similares salidos de la pluma del cantor de Zafra. Cock tenía otros poemas en latín en los que se había ocupado en describir otras ciudades de España, como Madrid o Toledo y tuve la curiosidad de buscar en esos poemas cuantas informaciones pudieran serme de utilidad para mi traducción. Entre estas informaciones las más relacionadas con los avatares personales del holandés son las relaciones de los viajes que realizó por España, como miembro de la escolta personal de Felipe II. Y, sobre todo, las noticias que conocemos a través de su interesantísimo epistolario.

Este es el libro que ahora tenemos ocasión de conocer, fruto de las investigaciones del profesor Don Antonio Sánchez González. Se trata de la tesis doctoral del mismo, trabajo minuciosísimo y sólidamente documentado, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude en la Universidad de Cádiz.

Un trabajo de excepcional relevancia para conocer la personalidad del holandés que cantó a Zafra.

IN MEMORIAM AMICI FIDISSIMI QVI OBIIT MENSE FEBRVARIO MMXII

No lo supe hasta ayer. Pero mi viejo amigo de Aceuchal, Francisco Márquez Buenavida, había fallecido ya hacía dos años, en Guadix (Granada), en una de las varias casas que tienen en diversas poblaciones de España los Hermanos Fossores de la Misericordia.

Y es que, intrigado por su largo silencio, yo que estaba acostumbrado a recibir puntualmente por la Navidad su felicitación anual, intenté comunicar con él, llamándolo por teléfono a la casa madre de Guadix. El hermano de la orden que atendió a mi llamada me informó que Francisco (Fray Tobías María de Fátima, rebautizado en la religión de su comunidad) había fallecido hacía varios años. Enseguida se puso al teléfono otro de los hermanos de la orden, de mayor antigüedad, y me precisó que el fallecimiento tuvo lugar el 5 de  febrero de 2012. Éste hermano me conocía de nombre, seguramente porque Francisco le había hablado de nuestro paisanaje y amistad: habíamos sido vecinos en la calle Santa Marta de Aceuchal, cuando ambos vivíamos en este nuestro pueblo natal. Francisco era 7 u 8 años mayor que yo.

Francisco me profesaba un afecto que yo agradecía y al que procuraba corresponder. Nuestros orígenes eran por igual modestos, pero yo tuve la suerte de recibir una formación superior desde el Seminario y poderme situar en un mejor nivel de estudios. Francisco había sido víctima de la "desigualdad de oportunidades" de la época que a ambos nos tocó vivir con el franquismo. Toda la formación que a duras penas fue adquiriendo fue la de un autodidacta. Era gran aficionado a la poesía, pero consciente de sus propias limitaciones y de su carencia de formación adecuada. Yo procuraba ayudarle en este sentido, aunque en la época en que mejor  podría haberlo hecho ya vivíamos en poblaciones diferentes.
Su vocación religiosa fue casi de la misma época de la mía (salvada la diferencia de edad) pero supongo que tendría dificultades de ingreso en algunas de las órdenes religiosas al uso. Encontró por fin su sitio apropiado en una comunidad de nueva creación, siendo él uno de los primeros cofrades de la misma, si es que no intervino en su propia fundación. Esta comunidad religiosa se llamó (y se llama actualmente) Hermanos Fossores de la Misericordia. Tienen casa (como he dicho anteriormente) en varias poblaciones de España y su principal objetivo se centra en prácticar dos de las llamadas por el viejo catecismo "obras de misericordia", una de ellas de las llamadas "espirituales" y, otra, de las llamadas "corporales". Tanto la una como la otra hacen, respectivamente, el número siete dentro de las respectivas listas. Entre las corporales está la de "enterrar a los muertos". Y entre las espirituales, también la séptima, es la de "rogar a Dios por vivos y muertos".

Francisco, el misericordioso, está ya en la casa del Padre, tras haber practicado humildemente esas obras de misericordia que el Ripalda enumera en último lugar, tanto de las corporales como de las espirituales, y que consisten en dar cristiana sepultura a los muertos y en rogar por ellos (y también por los vivos) a Dios nuestro Padre. Descansa en paz, amigo. 

domingo, abril 13, 2014

SANCHO BAJO LOS EFECTOS DEL BÁLSAMO DE FIERABRÁS (Copia a grandes rasgos de una ilustración de Doré)


Con ahorro de líneas respecto al original, aquí se han reproducido los rasgos esenciales del escudero Sancho y de su señor Don Quijote, al representar los efectos que en el cuerpo de Sancho tuvo el emético o purgante llamado bálsamo de Fierabrás.
 El amo solícito presta su auxilio al fiel escudero en el molesto trance de las bascas y fatigas que éste sufre por el efecto del vomitivo.

El dibujo original está, por supuesto, más acabado en sus detalles. Pero la copia reproduce con fidelidad el gesto solícito del caballero, así como el semblante desencajado del escudero, en tanto que no logra deshacerse de las bilis que lo atosigan.
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NOTA: Clicar sobre el dibujo para verlo en ampliación

ALGUNOS DIBUJOS DE ADOLESCENCIA

Entre mis 12 y mis 20 años, practiqué con asiduidad el dibujo a plumilla y tinta china. Llegué a conseguir cierta soltura en reproducir aquellas ilustraciones que me gustaban. De los ilustradores nacionales me gustaba, especialmente, el catalán Apeles Mestres, del que reproduje multitud de dibujos: muchos de ellos los regalaba. Así una de las ilustraciones del artista catalán para uno de sus cuentos (creo recordar que el título del mismo era "El señor del castillo") fue a parar al doctor Aixalá, en agradecimiento a que me estuvo tratando de unos infiltrados en el pulmón derecho en el año 1956) Ahora echo de menos ese dibujo y otros que regalé y que tenía en gran estima. Según esta estima, veo que el no poder pagar en monedas de curso legal me hacía pagar en una moneda para mí de valor superior: la moneda del arte.

En las vacaciones del 48 (siendo seminarista) me dediqué a dibujar una colección de figuras de personajes ilustres que aparecían en el diccionario que llamábamos familiarmente "el 4 kilos" (eso pesaba el libro) y que compró tío Jerónimo por aquellas fechas, con intención de llevarlo a su casa cuando dejara de vivir en los cuarteles, como militar de oficio.

Aquí voy a reproducir, como muestra, la figura de Dante, copiada de dicho diccionario. La colección del 48 alcanzaba el medio centenar de figuras.

También reproduje algunas ilustraciones de Doré para el Quijote. Sobre todo, me gustaban las viñetas de final de capítulo. No las conservo todas pues algunas fueron a parar a los amigos, como mi muy estimado Benito Acosta.

En ésta y en sucesivas entradas reproduciré algunas muestras de aquella vieja habilidad que ya hace muchos años dejé de practicar.

MÁS SOBRE LA SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE

Tirteafuera, el presunto médico encargado
de regular la dieta de Sancho en la ínsula
La mayor parte del contenido sobre el que versa la segunda parte del Quijote trata de las burlas que les prepararon los duques y la comparsa de sus domésticos, cuando el caballero y el escudero acertaron (o desacertaron) a pasar por el territorio de propiedad de aquéllos. Los duques conocían las aventuras del caballero y del escudero, porque andaban ya impresas en libro. Ahora tenían la oportunidad de tratar a los personajes de la ficción literaria y entrar ellos mismos a ser parte integrante de la obra, como figurantes de excepción. Los duques disponían de dinero abundante y de la comparsa de su numerosa servidumbre, entre los que se encontraba un tal doctor Tirteafuera, que parecía proponerse matar de hambre al pobre Sancho, no sin antes haberle estimulado el apetito al nuevo gobernador de la ínsula Barataria, poniéndole delante de los ojos las viandas más apetitosas. Los duques debían mondarse de risa cuando el intransigente Tirteafuera retiraba, una tras otra, esas viandas, alegando que no convenían a la salud del señor gobernador.
Burlas y más burlas, aunque bien aderezadas, excepto algunas que quisieron, por su cuenta, hacerles los propios criados y criadas de palacio, como fue la de tratar de lavar las barbas a Sancho con agua sucia de jabonaduras. Sancho se percató de la tomadura de pelo y lo mismo Don Quijote, que se apercibió de la burla y salió en defensa de su escudero: - Hola, señores caballeros, vuesas mercedes dejen al mancebo y vuélvanse por donde vinieron, o por otra parte, si se les antojare; que mi escudero es limpio tanto como otro, y esas artesillas son para él estrechos y penantes búcaros; tomen mi consejo y déjenle, porque ni él ni yo sabemos de achaques de burlas.

Más finas eran las burlas que los duques aprobaban y con las que se regocijaban. Por ejemplo, la de la penitencia de Sancho, por haber encantado a Dulcinea, transformándola, para el crédulo de Don Quijote, en una aldeana labradora.

No reparaban en gastos los potentados duques, como los que costaría organizar la fastuosa cabalgata en la que aparecía el mago Merlín (el mayordomo y artífice de todas las bromas que se tramaban para reírse del valiente caballero y de su escudero) Según Merlín, para desencantar a Dulcinea:
- ...es menester que Sancho, tu escudero, / se dé tres mil azotes y trescientos / en ambas sus valientes posaderas / al aire descubiertas, y de modo / que le escuezan, le amarguen y le enfaden...

Burla sobre burla, los palaciegos se divertían, ideando situaciones en las que se ponían a prueba tanto el valor de Don Quijote como el talento natural de su escudero (no tan zafio y tonto como algunos pensaban) Sancho se daba cuenta de muchas cosas que sus burladores creían que ignoraba. Incluso Don Quijote no creía en las capacidades de Sancho, como lo demuestran las palabras que le escribe a éste a propósito del gobierno de la ínsula: "Cuando esperaba oir nuevas de tus descuidos e impertinencias, Sancho amigo, las oí de tus discreciones, de que di por ello gracias particulares al cielo, el cual del estiércol sabe levantar a los pobres y de los tontos hacer discretos". Por cierto, en la respuesta a esta carta de Don Quijote, Sancho refiere a su señor los ayunos a los que le somete la dieta del doctor Tirteafuera, un verdadero suplicio que le hace odiar el cargo de gobernador.

Con Sancho se equivocan los burladores duques: Sancho les da lecciones de sabiduría práctica y les demuestra que no es tan tonto como ellos creían.

La última burleta a Don Quijote corre a cargo de una de las doncellas de la duquesa. Por cierto, de esta burla no estaban apercibidos los ilustres duque y duquesa, anfitriones. Se trata de la presuntamente despechada Altisidora, que se siente desairada por Don Quijote, el cual se lleva, según ella, unas prendas que de ella ha obtenido. Prendas de las que los amantes fetichistas suelen apoderarse, como pueden ser unas ligas.
El duque sigue la broma y hasta se permite el farol de retar a Don Quijote, para que devuelva las ligas a la doncella. Don Quijote le asegura que jamás sacaría su espada contra un señor al que sólamente debe favores y buen trato. Que todo debe ser un malentendido y que si algunas de estas prendas las ha guardado Sancho que las devuelva. Sancho dice guardar tres tocadores (?) pero que no hay tales ligas, como dice la despechada Altisidora. Que mire por sí misma, pues pudiera ser que las llevase puestas, como efectivamente sucede.

Con esto se cierra la estancia de Don Quijote y Sancho en el palacio de los duques. Quienes nunca dejarán de echar de menos el sabroso entretenimiento que les proporcionó la estancia en su palacio de la singular pareja de aventureros. 

viernes, abril 04, 2014

LA DESMEMORIA DE ADOLFO SUÁREZ


Pienso que la desmemoria del ex-presidente Suárez, recientemente fallecido, debió de ser un mecanismo de autodefensa frente a la incomprensión y la ingratitud que hubo de soportar por parte de aquéllos que más decididamente deberían de haberle apoyado, incluido el propio rey. Suárez había elegido la opción democrática, con todas sus consecuencias y, por lo tanto, hubo de tomar decisiones consecuentes con esa opción; una de ellas muy duramente criticada por una sociedad en la que los hábitos del franquismo aún estaban muy vigentes en la clase política. Esa decisión, tan coherente como valiente, de quien ha optado por la vía democrática para su país, le colocó en el punto de mira del más recalcitrante franquismo. Y le enajenó las simpatías de muchos timoratos, que consideraban como un paso peligroso y mal calculado lo de la legalización del partido comunista. Algo incompatible con la idea de democracia que ellos estaban dispuestos a admitir. Fue la piedra de toque en la que tropezó la idea clara de Suárez sobre la democracia verdadera y las falsas ideas de los que pretendían engañar al personal con la democracia de pacotilla que el franquismo y sus secuaces estaban dispuestos a consentir: la seudo-democracia en la que, a fin de cuentas, hemos degenerado los españoles. Tras la muerte del que quiso para España la democracia auténtica, todo se ha vuelto alabanzas y honores para el ex-presidente. Pero la triste realidad es que el nefasto franquismo, enquistado en la sociedad española, no fue capaz de apreciar, en su momento, la grandeza de miras de Suárez y la coherencia de su concepción política de la democracia. Fue el rechazo de lo que él juzgó, con recto proceder y acertado criterio, el camino políticamente correcto de la democracia.

Lo desagradable propende a olvidarse. Es una forma de autodefensa. Y Suárez comenzó a perder la memoria. Tal vez la verdadera causa de esa dolencia física que llamamos Alzheimer sea de índole psíquica. Propendemos a olvidarnos de aquello que nos aflige. Y Suárez comenzó a liberarse de esa carga molesta perdiendo la memoria. Incluso dejó de conocer a la persona del rey. El pasado está detrás de esa imagen histórica en la que ambos, el rey y él, han sido fotografiados, de espaldas a la cámara. Es una foto de contenido altamente simbólico. Suárez ya ha cruzado el mítico Leteo, el río de la desmemoria, y camina apaciblemente, libre de la carga de una realidad desagradable.
Ahora queremos colmarle de honores, para resarcir su memoria, de las pasadas incomprensiones e ingratitudes. Es verdad que el rey se adelantó a reconocerle estos honores, cuando aún estaba vivo. La foto se hizo con motivo de entregarle los reyes personalmente la Orden del Toisón de Oro. La foto la tomó el hijo mayor de Suárez en el jardín de la casa del ex-presidente. Entre los honores póstumos está el haberle dado su nombre al aeropuerto principal de la capital de España.
No sería descaminado otorgarle el título de Padre de la Democracia Española, cuando ésta se encarrile por las directrices que él le trazó desde un principio. 

NOTA: Hoy he recibido por un correo electrónico la entrevista a Pilar Urbano sobre el turbio asunto del 23 F y la actitud del rey frente a Suárez a propósito del golpe de Estado que se fraguaba. Estoy perplejo: ya no sé qué pensar acerca de los implicados en aquel complot antidemocrático. Sólo que sigo pensando bien de Suárez.