lunes, mayo 30, 2011

La hagiografía del Dictador avalada por la RAH


“De las academias, ¡líbranos Señor!” (Rubén Darío)



Y especialmente, de la Real Academia de la Historia. Con publicaciones como la que acaba de aparecer y de la que se da cuenta en una información que publica hoy el periódico Público.es, acabamos de tocar el fondo de la Transición. Se nos coló el franquismo (es decir, la dictadura) en el presunto proceso evolutivo de la transición hacia la democracia.
La presumiblemente ‘docta’ corporación deberá purgarse de la pifia que sus actuales responsables han cometido y que acaban de ‘cargarse para los restos’ la credibilidad científica de la Institución. Con verdades como esa cualquiera va a otorgar fiabilidad a lo que dimane de esa Corporación, o negligente, o ignorante, o corrupta. Es la credibilidad de la ciencia histórica la que acaban de poner en entredicho. Malo, fatal para el prestigio de una institución a la que habíamos considerado hasta ahora respetable. Como no rectifiquen se convertirán en el hazmerreír internacional. La débacle de la hasta ahora tenida por ‘docta’ corporación
.

sábado, mayo 21, 2011

ESPAÑA, CAMISA BLANCA DE MI ESPERANZA

El 15-M es (esperamos que sea) la fecha del alumbramiento fausto, legítimo, decisivo, de la Democracia española, la recién nacida más esperada, la hermana menor de su otra hermana, bastarda al fin, por los genes de su inevitable ascendencia franquista. La democracia de la Transición, suplantadora del poder legítimo del pueblo, que es la que aspiraba a instalarse de manera definitiva en la convivencia española, no era, no ha sido la Democracia que esperábamos los españoles: la prueba más evidente de que no lo era es que no logró superar el complejo de las dos Españas con el que solíamos venir al mundo todos los españoles, en la convicción fatal y resignada de que una de esas dos Españas había de helarnos el corazón. Recuerden ustedes un detalle emocionante y es el de que la Deseada, Desirée Democracia, cuya partida de bautismo se asentó en la Constitución de 1978, se nos presentó con el atractivo nombre de pila de UCD, Unión de Centro Democrático, lo que de momento suponía una voluntad de superación del pasado, dolorosamente anclado en la bipolaridad de la izquierda y la derecha, ese binomio inicuo que dejó manca a España tras la contienda civil. La derecha eliminó a la izquierda, una parte del propio cuerpo social y, desde entonces, estuvo manca la sociedad española; los dextrógiros hicieron y deshicieron a su gusto. Por eso fue tan bien recibida la Deseada UCD, porque disimulaba su manquedad y su bipolaridad congénita (en el sentido de enfrentamiento) eliminando los nombres-tabú de ‘izquierda’ y ‘derecha’. La ‘izquierda’ por manca; y la ‘derecha’ por pegona. Luego, como ustedes recordarán, esa derecha recalcitrante y fajadora se empeñó, terne, en que no se tocase el franquismo: la Constitución de 1978 no anunciaba, expresamente, su extirpación definitiva; lo que hizo posible ulteriores coletazos del mismo (23-F) y, finalmente, restituida la bipolaridad natural (la naturaleza nos ha creado con dos manos) la derecha, por medio de su representante en el foro europeo, resolvió no condenar el franquismo (sólo por moler, claro; pues al franquismo no hay dios que lo redima, por más que hubo iglesia que lo cobijó bajo su palio)
Desirée Transición es, ha sido, (el 15-M puede ser la fecha fijada para su caducidad definitiva) la hermana bastarda de la Democracia. Ésta se hace acompañar ahora del sobrenombre de Real, innecesario de no haber existido la suplantadora. No nos explique doña Esperanza Aguirre, con su aguerrido ejemplo, levemente crítico hacia el franquismo, que no se puede poner apellido a la Democracia, como hizo Franco llamándola Orgánica (lo que dio lugar al chiste de que se llamaba así porque “le había salido a Franco de los órganos”) Desde luego, doña Esperanza, la democracia de suyo no necesita apellidos, salvo que se nos quiera meter gato por liebre, o bastardía por legitimidad. Usted ya me entiende. En resumen, nuestra juventud, plantada ahora en la Puerta del Sol de la Esperanza, su tocaya, aspira a que los políticos entiendan de una puñetera vez que ellos (y con ellos la inmensa mayoría de los españoles) están por la democracia de verdad, no la de pacotilla, y que ya está bien de tirarse a degüello, en foros y ágoras, con estériles discusiones interminables. De que ya está bien de descalificarse mutuamente los eternos rivales, de que ha llegado la hora de arrimar el hombro, de que hay que eliminar el rastro apestoso de esa antidemocracia visceral que fue el franquismo, y de que hay que dejarse de entretener a los españoles con promesas de un lado y de otro, mientras que las políticos van a lo suyo que, como desgraciadamente se ha demostrado, es el interés particular, no el interés general.

La actual crisis política española es la crisis de la democracia suplantada.



La de hoy es una jornada de reflexión . Si sirve la modesta opinión de un autodidacta en política (y en tantas otras cosas) aunque, sin duda, bien intencionado ciudadano, diré que ni la derecha del PP con sus halagüeñas perspectivas de un próximo triunfo electoral, ni la izquierda del PSOE, con su previsible derrota son, por sí solas, la solución que demanda la indignada ciudadanía.



La solución vendrá de un nuevo reinicio del ordenamiento democrático en el que esos focos viciosos de democracia espúrea (La Gaceta y su hermana gemela, la televisiva Intereconomía, con sus encuestas amañadas entre los propios seguidores, que naturalmente, sólo reflejan, a lo más, la opinión de su grupo) están llamadas a desaparecer. La democracia que el naciente movimiento postula las va a catalogar como prácticas suicidas, a eliminar en el futuro ordenamiento constitucional.

jueves, mayo 19, 2011

DEMOCRACIA REAL (I)

De aldabonazo a la conciencia democrática puede calificarse el fenómeno que ya ha sido clasificado, en los fastos políticos, con el nombre de la fecha en la que primeramente se manifestó en la capital de España: el 15-M. Su similitud con otros fenómenos ocurridos recientemente en países norteafricanos, como Túnez, Egipto y Libia, resulta sintomática, por más que en los citados países los manifestantes se han pronunciado a favor de las libertades y de la igualdad de derechos que postula la convivencia democrática: su objetivo es la democracia, a secas. En España, en cambio, el objetivo, siendo aparentemente el mismo, la democracia, se ve modificado por una precisión, que se expresa mediante un adjetivo: real.



Con ello se da a entender que la democracia que hasta ahora imaginábamos tener en España es algo ficticio, que lo que hasta aquí hemos tenido es sólo un sucedáneo de democracia.





Este singular pronunciamiento ciudadano ha ocasionado en otros países la caída de dictadores como Mubarak en Egipto o Ben Alí en Túnez. En Libia, Yemen y Siria se mantienen en pie las dictaduras y se resisten a caer, a base de represión militar. Lo curioso es que en todos los países mencionados de África y de Oriente Medio, lo que las masas demandan es democracia, a secas, mientras que lo que en España demanda el hombre de la calle es democracia real. El adjetivo resultaría equívoco por cuanto pudiéramos considerarlo sinónimo de regio y, por tanto, relacionado de algún modo con la realeza, o con la monarquía. En este sentido se podría imaginar que lo que la vox populi demanda en esta ocasión es la compatibilización de la democracia con la monarquía, situación prevista por algunos tratadistas políticos, como Cicerón, quien en su tratado De re publica piensa que monarquía y democracia (=república) son perfectamente compatibles. Es, en efecto, posible la convivencia de ambos sistemas de gobierno, lo que en el mencionado tratado se denomina como regali republica (‘democracia real ’, en el sentido de la realeza)
Pero en esta ocasión, evidentemente, no se trata de eso. Nuestra ‘democracia en rodaje’, como en repetidas ocasiones hemos denominado a la llamada Transición, demostró que democracia y monarquía eran perfectamente compatibles. El Rey Don Juan Carlos, pese a no haber sido elegido directamente por el pueblo, sino por un dictador, se ganó el voto popular con la memorable ocasión del 23-F. Su actuación a partir de esa fecha adquirió legitimidad democrática, evitando que prosperara la intentona de golpe de Estado que pretendía devolvernos a la época de la dictadura.

El sentido que en la presente ocasión tiene el adjetivo real, aplicado a la democracia, es evidentemente otro: es el sentido que conecta, no con realeza, sino con realidad. Porque lo que viene ocurriendo, desde que se inició la Transición hasta el presente, es que estamos viviendo una democracia ficticia, nada real, sino, más bien, un simulacro de democracia. Y la gente está hasta el gorro de esta democracia de guardarropía, de este remedo de democracia, cosa de políticos, entre los que menudean los arribistas y los corruptos, los que van a lo suyo y a lucrarse lo más posible de la confianza que el pueblo les otorgue.

Nuestro problema es que no tenemos una verdadera democracia y lo que tenemos no pasa de ser una caricatura de la misma. Nuestra presunta democracia nació como un cambalache entre los derrotados y los vencedores de la guerra civil. Hubo concesiones por ambas partes y, tras los consiguientes tiras y aflojas, se pactó la Constitución de 1978, la Constitución de la Transición. Se tuvo que ‘transigir’ con cosas que no gustaban a cada una de las partes; por más que no se transigió en cosas de ningún modo banales, como hubiera sido la condena de la dictadura y, sobre todo, de la represión y el daño que ésta ocasionó al pueblo español. Las reivindicaciones que se debieron plantear desde un principio por parte de los vencidos y sus descendientes fueron, entre otras, la condena sin paliativos de la dictadura; pues la renuencia a hacerlo, por una de las partes interesadas, contribuye a hacer ficticia esta presunta democracia. No puede haber democracia cuando hay una oposición que tira a degüello por encima de lo soportable, al contrincante político. Cuando las heridas morales de una guerra no se han restañado debidamente. Cuando los políticos andan a la greña, cuando se hace la vista gorda sobre la corrupción, etc. etc. Esto no es democracia real, es un político guirigay. De esto es de lo que está harto el pueblo, estamos hartos la mayoría.

Ojalá que los políticos de uno y otro signo capten estas señales ‘desesperadas’, indignadas, por parte de un pueblo bastante defraudado en sus aspiraciones a la verdadera democracia. A la democracia real. La verdadera democracia.

miércoles, mayo 04, 2011

EL PRESUNTO CENOTAFIO DE GARCÍA LASSO

*Fotografía tomada del blog El coro de los grillos, por PeSaR. Cortesía del autor





La palabra 'cenotafio' (del griego 'kenos', vacío/a, y 'tafos', tumba, sepultura) se aplica a aquellos monumentos funerarios que tienen una finalidad meramente conmemorativa de un personaje, cuando se sabe que este personaje no está sepultado allí. Este parece ser el caso de García Lasso, uno de los varios hijos del matrimonio formado por D. Gómez Suárez de Figueroa y Dª Elvira Lasso de Mendoza. García Lasso murió trágicamente, en una escaramuza contra los moros en la llamada Hoya de Baza. Enterrado primeramente en Quesada (Jaén) su cadáver fue traído a Zafra posteriormente, para ser enterrado en el panteón familiar del monasterio de Santa María del Valle, más conocido en la actualidad como el Convento de Santa Clara. Parece que el emplazamiento primitivo de los restos del militar muerto en campaña estuvo en otro lugar de la iglesia, delante del altar mayor, lo mismo que los cuerpos de su hermano Lorenzo y de la esposa de éste, Dª María Manuel, primeros condes de Feria. Luego, las efigies yacentes de los respectivos hermanos fueron removidas de su primer emplazamiento, al objeto de despejar el espacio dedicado al culto religioso. Así las estatuas de D. Lorenzo y Dª María Manuel fueron desplazadas a uno de los muros laterales del templo y la estatua yacente de García Lasso se trasladó a uno de los laterales del presbiterio, alojada bajo un nicho al que también se trasladó la inscripción del epitafio en latín que ya he transcrito y traducido en otra ocasión.*
Aprovecho, no obstante, la presente para trasladar aquí la referida inscripción latina, acompañada de su traducción castellana.




Texto latino











Transcripción



EGREGIVS MILES CLARISQVE PARENTIBVS ORTVS
ISMAELITARVM TERROR CVSTOS PATRIAEQVE,
GARCIAS IACET HIC LASSO COGNOMINE DICTVS,
ANTE SVVM REGEM PERCVSSUS NAMQVE SAGITTA
CORRVIT EXPIRANS IN GVTTURE VVLNERE FIXO.
AT MORS NIL NOCVIT NAM VIVIT FAMA PERENNIS




Traducción




El egregio soldado, nacido de padres ilustres,
el terror de los moros y defensor de la patria,
aquí yace García, Lasso de apellido llamado,
pues herido por una saeta cayó ante su rey
y expiró por la herida que se abrió en su garganta.
No lo dañó la muerte, pues vive su fama perenne.



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* Por ejemplo, en las Actas del Congreso Conmemorativo del VI Centenario del Señorío de Feria (1394-1994), Edit. Regional de Extremadura, 1996, pp. 63-65