Un ejemplo de citas oportunas puede ser la de aquel predicador que estaba hablando sobre la pasión de Cristo. En esto que su sermón se vio interrumpido por la entrada en el templo de la reina y su comitiva. Era preceptivo, en tales casos, que el predicador interrumpiera su sermón en tanto que el regio personaje ocupaba su sitial y, una vez acomodado, el orador estaba obligado por cortesía a dar un breve resumen de su discurso, al objeto de que el importante personaje estuviese al tanto de lo dicho hasta ese momento. Como si el personaje importante no estuviera obligado, a su vez, a la cortesía de la puntualidad. Pero así era la norma aceptada. De modo que el orador tuvo que repetir el tema de los sufrimientos de Cristo. Antes de hacerlo, creyó oportuno justificarse con una cita de Virgilio, muy acorde con las circunstancias:
Infandum, regina, iubes renovare dolorem
(Verg. A. 2.3)
(Me mandas, reina, renovar un dolor indecible)
Se trata de la frase con la que Eneas accede al deseo de Dido, que pide al héroe troyano que le cuente de primera mano cómo ocurrió la destrucción de Troya.
Otra cita oportuna es la de cierto opositor que aspiraba a una cátedra en competencia con otros importantes rivales. Estos rivales se apellidaban, respectivamente, Aspe, Basilio, León y Mondragón.
Temibles competidores a los que, sin embargo, confiaba superar, ya que, según decía, las Sagradas Escrituras estaban a favor de él; lo que se podía colegir de cierto versículo de los Salmos. Concretamente, el 13, del salmo 90:
Super aspidem et basiliscum ambulabis et conculcabis leonem et draconem.
(Por encima del áspid y del basilisco caminarás, y pisotearás al león y al dragón)
Todos los apellidos de sus rivales estaban reflejados en la cita bíblica.
Esto por lo que respecta a las citas aisladas oportunas. Pero ahora supongamos que se quiere reunir, a propósito de algún tema concreto una serie de 'citas oportunas', cuantas pueden venir al caso a propósito de ese tema. Esto es, más o menos, lo que ocurre en el caso de los llamados 'centones'.
Tenemos un ejemplo próximo de 'centón' en la descripción que el holandés Enrique Cock hace de la ciudad de Zafra que él visitó en el siglo XVI:
Est locus Hesperiae Asafram quod nomine dicunt, (1)
terra antiqua potens armis atque ubere glebae, (2)
Lusiadas contra studiis asperrima belli, (3)
nunc victos miseris quoniam sors omnia versat, (4)
quam Turdetani multos coluere per annos.
Totius Emporii merito regina ducatus,
namque haec tantum alias villas caput extulit
[inter (5)
[inter (5)
quantum lenta solent inter viburna cupressi (6)
(Hay un lugar de España, con el nombre de Zafra lo
[llaman,
[llaman,
tierra antigua, poderosa en armas y de ubérrimo
[suelo,
[suelo,
en extremo aguerrida, fronteriza con los Lusitanos,
(hoy sometidos pues la suerte versátil todo lo muda)
y que los Turdetanos habitaron por años sin cuento.
Reina por méritos propios de todo el ducado de Feria,
pues tanto sobresale entre todas las villas del feudo
cuanto al flexible mimbre el enhiesto ciprés aventaja)
(NOTA: Los números que corresponden a cada verso
reproducen total o parcialmente sendos versos de
Virgilio, tomados de: Eneida, 1.530-1;ibid.3.164;ibid.
1.14; Egl.9.5; y Egl. 1.24-5)
reproducen total o parcialmente sendos versos de
Virgilio, tomados de: Eneida, 1.530-1;ibid.3.164;ibid.
1.14; Egl.9.5; y Egl. 1.24-5)
En resumen, gran parte de este poema está compuesto de retazos tomados de Virgilio o de otros poetas. Apenas hay trechos de versos que son del propio autor, y que sirven de aglutinante para 'pegar' más versos de Virgilio o de otros autores.
Pero esta clase de citas oportunas 'en serie' se pueden tomar también, y sobre todo, 'en broma'; esto es, con una finalidad cómica. Este es el propósito que inspira el célebre "centón nupcial" de Ausonio (poeta del siglo IV de nuestra era). Se trata de referir los diversos episodios de una boda, incluidos los relativos a la consumación del matrimonio.
Los efectos obtenidos de la aplicación de numerosos versos del púdico Virgilio, interpretados en un sentido lascivo, son de una comicidad superlativa. Para reír a mandíbula batiente.
Recordando esos conocidos versos, aplicados ahora en un sentido obsceno, la risa brota de manera irreprimible. Los órganos sexuales tanto el masculino como el femenino, son aludidos con sus respectivas bellezas y fealdades. Así el femenino se asemeja a una cueva, 'specus horrendum' y, no menos horripilante, se presenta el miembro masculino con el verso que el casto Virgilio aplica al gigante Polifemo: "monstrum horrendum informe ingens cui lumen ademptum" ('Monstruo horrendo, deforme, enorme, al que se privó de su único ojo') La enormidad del gigante se pone de manifiesto por medio de la sinalefa que 'empalma' todas esas palabras haciendo de ellas como una sola palabra:
monstr(um)horrend(um)inform(e)ingens
Sólo cuando se está familiarizado con los versos virgilianos puede apreciarse la magnitud del efecto cómico resultante de aplicarlos a describir el acto sexual. Simplemente desternillante.