jueves, marzo 24, 2016

COLONIZANDO SOLEDADES

                     "A mis soledades voy,
de mis soledades vengo..."
(Lope de Vega)
 
Trato de glosar en esta entrada un poema de J.R.J., concretamente, el que  corresponde al número XCII, de Estío. En él, como en otros varios poemas de este libro y de otros, aparece el símbolo del 'jardín', mediante el cual el poeta representa su propio espacio vital. Al estudio de este símbolo he dedicado algunas de las páginas de mi artículo "El principio de inmanencia en la poesía de J.R.J." (ver mi libro De la Vida a la Teoría, pp. 83-84) En el poema aquí glosado el poeta procura consolarse de la pérdida de un amor, repoblando la soledad que ha creado la ausencia del amor perdido. El territorio de su intimidad (su 'jardín') se agrandará con el vacío creado por esa ausencia:
                                  
                                         Cada día el claro bálsamo
                           del sol será más suave;
                           multiplicaré mis rosas
                           y se ordenará mi sangre.

                           Los vehementes ocasos
                           irán perdiendo ciudades,
                           se dilatará el jardín
                           rompiendo montes y mares.

                           El lugar en que la dicha
                           de dos fue vista, veráse
                           nuevo sin la dicha aquella,
                           bello por sus soledades.

                           Sin ti, no ¡conmigo! El alma
                           como el mundo, sola y grande.
                           Dirán los vientos: ¿sin quién?
                           Y mi corazón: ¡sin nadie!

 Son muchas las personas en este mundo que están abocadas a la soledad. Yo he conocido a unas pocas, algunas de ellas muy cercanas a mí. El autor de estos versos menciona aquí uno de sus símbolos predilectos: el jardín. Nada menos que ocho poemas con este título encontramos en el mencionado libro. El jardín simboliza la intimidad, el último reducto en el que se refugia la persona. Pero este reducto, a fin de cuentas, abarcará a la totalidad del mundo. El alma ensanchará sus límites, hasta hacerlos coincidir con esa totalidad. Poblará todos esos rincones y el 'jardín' se dilatará hasta hacerse co-extensivo con el mundo. El yo irá colonizando, sucesivamente, todas esas soledades:

                                   Yo solo dios y padre y madre míos
                        me estoy haciendo día y noche, nuevo
                        y a mi gusto... (Et., 97) 

Las soledades las repuebla el poeta ampliando el ámbito del yo. 
 

lunes, marzo 14, 2016

UN NUEVO LIBRO SOBRE VICENTE GARCÍA DE LA HUERTA

La Universidad de Extremadura ha publicado recientemente un volumen colectivo sobre el dramaturgo y poeta zafrense del XVIII, Vicente García de la Huerta. Figuran como coeditores del libro los profesores de la mencionada universidad, doctores Jesús Cañas Murillo, Miguel Ángel Lama y José Roso Díaz. Dichos coeditores, junto con otros dieciséis autores pertenecientes a distintas universidades, nacionales y extranjeras, escriben sendos trabajos (algunos por partida doble) acerca del dramaturgo extremeño. Con ello la figura del autor zafrense más destacado del siglo XVIII adquiere un mayor relieve dentro del panorama literario de ese siglo.
 
No comparto, sin embargo, la afirmación que se estampa en la solapa del libro sobre lo de que la bibliografía que en él se recoge sea 'exhaustiva'. Hay omisiones indudables en este sentido. En lo que a mis modestas aportaciones se refiere, sólo el profesor Luis Merino Jerez se cuida de recordar mi tesina de Licenciatura, que versó precisamente sobre la faceta de Huerta como latinista. Un trabajo mío publicado en la revista Encontros/ Encuentros, editada en Olivenza hace unos años, se relega a la más absoluta ignorancia. No es ya que cualquier publicación sobre el poeta y dramaturgo zafrense del XVIII haya de ser recogida en esta monografía.  Pero dicho trabajo fue posteriormente recogido en mi libro De la Vida a la Teoría, y en él se menciona el precedente portugués del que principalmente es deudora la obra de Huerta. Me refiero a la obra de Antonio Ferreira (siglo XVI) titulada Castro. Por más que sea discutible si el portugués copió al orensano Fray Jerónimo Bermúdez, en su Lisi desdeñosa, o bien fue al revés, que el orensano plagió del portugués. El caso es que la obra de Huerta, Raquel, ya tenía un precedente en la portuguesa de Ferreira, Castro.

En el volumen que comentamos no se hace la menor referencia a los precedentes posibles de la Raquel, del autor zafrense. Y, desde luego, se ignora el trabajo publicado en Encontros/Encuentros y recogido posteriormente en mi libro mencionado más arriba.

Pese a todos estos 'inconvenientes' el coautor de la obra, Miguel Ángel Lama, que es amigo, me ha encargado que sea yo uno de los que presenten este libro próximamente en Zafra. Vayan por delante los anteriormente mencionados 'inconvenientes'.
 

viernes, marzo 11, 2016

EL HOMBRE COMO HABITANTE DEL MUNDO




Cuando a Diógenes le preguntaron de dónde era contestó:'Soy ciudadano del mundo'                 
       (Diog. Laert. Vit. Phil.6.63.3)

Se consideraba, por tanto, ciudadano universal. Era un personaje pintoresco, fuera de lo común, lo que hoy se llamaría un "outsider". Extravagante, por supuesto. De él nos dijo el poeta Ausonio que "tenía por despensa una alforja y por casa un tonel". Así que llevaba su casa "a cuestas", como el caracol. Así nos lo pinta Campoamor en su poema "Las dos grandezas", en el que se presenta al cínico dialogando con el rey Alejandro Magno, que le promete una vida de comodidades y riqueza, lo que el cínico rechaza: "Puedo hacerte más honrada / tu vida de caracol./ ¿Qué quieres de mí? -Yo, nada:/ Que no me quites el sol".

Vivía, pues, Diógenes en un tonel o, quizás, una tinaja. Esa era su casa: 'oikos', casa en la lengua griega. De donde la raíz 'eco-', que forma parte de muchos vocablos de la lengua filial hispana: eco-nomía, eco-logía, eco-sistema...Estas palabras hacen referencia al mundo como casa o habitáculo. Tenemos la obligación, por la cuenta que nos tiene, de conservar en buen estado de habitabilidad esta vivienda común que es el mundo. Esa es la finalidad que se propone la moderna disciplina llamada 'ecología'. La influencia negativa del ser humano sobre el medio ambiente se hace notar en las alteraciones del cambio climático. La ciencia llamada Economía tiene que ver con lo que se entiende como 'buen gobierno de una casa'. En este caso, nuestra casa común es el mundo y la ciencia llamada Ecología tiene por objeto lograr que esta casa común siga manteniéndose en buenas condiciones de habitabilidad. Al tema de las relaciones entre la Economía y la Ecología dediqué un artículo periodístico que se publicó en el diario HOY de Badajoz (15-06-90) Este artículo fue incluido posteriormente en el libro ARTÍCULOS DE AYER Y DE HOY (págs. 20-22) que se publicó en 2014.

En cuanto al otro sentido de la raíz 'eco-' como raíz etimológica de origen latino, tenemos un ejemplo en la palabra "ecografía" (de la raíz latina 'eco-' = resonancia, eco) término muy empleado en la actualidad como uno de los más eficaces y útiles métodos para un buen diagnóstico.

Hay que tener en cuenta si la raíz ‘eco- procede del término griego ‘oikos’ (=casa) o si procede del término latino ‘echo- (que expresa la resonancia acústica que se conoce con el nombre de ‘eco’) Así las palabras ‘economía’, ‘ecología’, ‘ecosistema’…tienen que ver con la raíz griega ‘oikos’ (=casa); mientras que ‘ecografía’, ‘ecolalia’, ‘ecoico’…tienen que ver con el término latino ‘echo’ (pron.’eco’)

sábado, marzo 05, 2016

LA VIEJA LISTA DE LOS CAÍDOS DE ACEUCHAL

 En esta pared que corresponde al lienzo exterior de la capilla del Sagrario, de Aceuchal, estuvo, durante los años de la posguerra (años cuarenta y parte de los cincuenta) la lista de nombres de aquellos presuntos caídos de Aceuchal, los que en todo caso, caerían en acción de guerra.
Hoy, gracias a la ayuda de mi buen amigo el historiador de Zafra José Mª Lama, he podido recuperar aquella lista de la que recordaba sólo un nombre: el de Bartolomé Flores Guerrero, que tenía dos hermanas que vivían en la calle Santa Marta; una de ellas contigua a mi propia vivienda. La otra  hermana era madre de un seminarista que estudió conmigo en el Seminario de Badajoz. Por él supe que uno de aquellos caídos era hermano de su madre.
 Consigno, a título de curiosidad, aquella lista de 'caídos como Dios manda', no como los asesinados del régimen, cuyos nombres fueron silenciados. He aquí la lista de aquellos nombres que figuraron en el muro de la iglesia, frente a la cruz de los Caídos:
Francisco Álvarez Toro
Diego Báez Gutiérrez
Juan Benítez Noriego
Domingo Caballero Báez
Andrés Carretero Cordero
José Contrera Rubiales
Bartolomé Flores Guerrero
José García Parada
José García Rodríguez
Felipe González Fernández
Antonio Gragera Rodríguez
Vicente Lozano Díaz
Antonio Muñoz Oliva
Hilario Nacarino Guerrero
Manuel Ordóñez Macías
Bartolomé Perera Matamoros
Miguel Ramos Pulido
Miguel Rodríguez Báez
Bernardo Rodríguez Marín
Antonio Ruiz González-Valero
Pedro Macario Velasco Rodríguez
La lista se recoge en la llamada Causa General, con la que el Régimen trató de dar visos de legalidad al golpe de Estado que derrocó al legítimo régimen que había sido votado en las urnas.
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NOTA: Esta lista desapareció, si no recuerdo mal, a principios de los 50. Era una lista humillante para un buen número de vecinos del pueblo, donde no había habido ni un solo caído de derecha. Los de derecha asesinaron a quienes habían profesado ideas socialistas o, simplemente, habían simpatizado con los socialistas.