domingo, febrero 08, 2015

EVOCANDO AL PROFESOR SENABRE

En la fotografía adjunta aparecemos, de izquierda a derecha, el autor de este blog, de pie, leyendo probablemente su comunicación a este 5º Congreso de Escritores Extremeños.
Presidiendo la mesa aparece el profesor Don Ricardo Senabre y, a su izquierda, el escritor de Nogales, José Antonio Ramírez Lozano.
El congreso tuvo lugar en el Hotel Huerta Honda de Zafra, del 26 al 28 de mayo de 1989. He encontrado entre mis papeles la foto y me ha parecido oportuno reproducirla en esta entrada, a propósito de la reciente noticia del fallecimiento, el pasado jueves, de uno de los más prestigiosos docentes que han pasado por la Universidad de Extremadura. Tuve el honor de relacionarme con él epistolarmente durante algún tiempo y de que me obsequiase con algunas de sus publicaciones, como su librito Tres estudios sobre Fray Luis de León, en ejemplar dedicado que conservo.

Entre sus cartas, que guardo con aprecio, he seleccionado una en la que me agradece el envío de un ejemplar de la 1ª edición de mi libro De la Vida a la Teoría. A propósito de mi ensayo,"La hombría como virtud en Miguel Hernández y en Luis Álvarez Lencero", presentado en el aludido congreso y recogido después en este libro, me comenta con naturalidad, elogiosamente, el libro de Marcela López Hernández (sin mencionar en ningún momento la relación familiar que le une a ella) sobre El vocabulario de la obra poética de Miguel Hernández. Conozco el libro y reconozco su enorme importancia y utilidad para desentrañar las claves de Perito en lunas, libro ciertamente de difícil comprensión, si no conocemos previamente esas claves.  A propósito de mi ensayo, citado más arriba, sobre el oriolano y el extremeño, recuerda la octava IV de Perito ("Por el lugar mejor de tu persona / donde capullo tórnase la seda...") Y dice: "El 'lugar mejor' de quien se caracteriza por su valor y su hombría reside, claro, en los genitales, donde capullo tórnase la seda, (de la taleguilla), jugando con otro sentido de 'capullo' e invirtiendo el proceso natural del capullo a la seda".

He querido recordar aquí, en honor del maestro desaparecido, su ameno comentario del texto hernandiano. Descanse en paz.