martes, diciembre 27, 2011

LA CUENTA PENDIENTE DE LA DEMOCRACIA

El diario ABC fue el primer periódico español durante muchos años, antes y después de la Guerra Civil. En casa de mi abuela paterna (es decir, en casa de mi padre) había una buena cantidad de números atrasados, de los años 30, tanto de ABC como de Blanco y Negro. Después de la guerra, se seguía comprando el diario monárquico en casa de mi abuela, un periódico que yo leía con deleite, sobre todo, en las jugosas colaboraciones de Agustín de Foxá. Tras el cambio político que se inició en la llamada Transición, empecé a sintonizar más con la línea ideológica de El País y, en consecuencia, me fui alejando del ABC. Ya residiendo en Zafra, he seguido leyendo habitualmente El País, más coherente con mis propios puntos de vista ideológicos. Pero en fechas recientes, a partir del 20-N pasado, el nuevo Ayuntamiento decidió suprimir de la Biblioteca Municipal dos periódicos: El País y el Extremadura, dejando sólo el HOY, a nivel regional, y El Mundo, a nivel nacional. Privado de esas fuentes de opinión, me informaron de que en el Hogar del Pensionista se puede leer El País, el ABC, el Extremadura y el HOY. Por lo que me convenía (ya era hora) solicitar el correspondiente carnet de pensionista.
Con lo que, mira por dónde, he vuelto a leer el ABC (El Mundo me parece un periódico perfectamente prescindible, sobre todo por ciertas firmas que acepta, puede que en aras de la libertad de opinión, pero que en realidad son dañosas para la democracia)
Encuentro en el veterano diario cosas con las que sintonizo: su repulsa, más o menos paladina, del franquismo y el reconocimiento de la necesidad de reparación, siquiera en el aspecto moral, de las víctimas de aquella revuelta fratricida. En este sentido quiero hacer aquí una referencia a la entrevista que publicaba con fecha de ayer el diario fiel a la monarquía, entrevista con el escritor Xavier Alcalá, con motivo de la reciente publicación en castellano de su novela Fábula, publicada originalmente en gallego. De esa entrevista subrayo las palabras que siguen:
¿Los fantasmas de la Guerra Civil han desaparecido de nuestra vida?
No pueden desaparecer. Creo que el mal fue —y es— de toda España. Los fantasmas no desaparecen hasta que se les hace justicia a los muertos, sin rencor, pero justamente.
Ojalá tomen nota quienes ahora tienen en su mano la ocasión de reparar, de alguna manera, esa flagrante e inveterada injusticia. Y procuren saldar esa deuda con la república y con la Historia.
Hasta ese día, no desaparecerán los fantasmas. O, como decía el escritor Moreno Guerrero, “el llanto de los espectros”. Título de una novela inédita que a mí me dio a leer, pocas fechas antes de su muerte.

sábado, diciembre 24, 2011

LA OCTAVA XXXIV DE PERITO EN LUNAS

Es sabido que el primer libro que consiguió publicar el poeta Miguel Hernández, Perito en lunas, fue escrito con el propósito de combatir un posible malentendido que pudo producirse con ocasión de su ‘presentación en sociedad’, en sendas publicaciones de Madrid, como fueron el semanario Estampa y la revista La gaceta literaria, esta última dirigida por Ernesto Giménez Caballero. Ambas publicaciones resaltaban el hecho insólito de que el joven poeta procediera del medio rural y coincidían en etiquetarlo, aunque fuese de una manera provisional, con el apelativo de “poeta pastor”. El poeta quiso deshacer ese tópico desde el principio. Alguna vez llegó a impacientarse por el remoquete y contestó a quien le identificaba por el mismo:
– “De pastor, nada: sólo poeta”.
Lo de “pastor”, recelaba el poeta que tenía connotaciones de incultura, o de rustiquez. Perito en lunas se propone deshacer ese mito incipiente y el poeta, con cierto amor propio, va a demostrar que domina los recursos literarios y que su poesía puede alcanzar cierto grado de refinamiento y maestría. Miguel Hernández va a probar entre los asiduos a las tertulias literarias de la capital de España, que no es ningún pardillo al que se le ve ‘el pelo de la dehesa’ . Domina recursos sofisticados de la literatura, como el hipérbaton y lo hace con soltura y desparpajo. Y sabe cifrar sus mensajes poéticos a la manera sibilina de ciertos vanguardistas. Su remedo de ciertos ‘tics’ gongorinos es como un guiño a los de la ‘generación del 27’, año del tercer centenario de la muerte del poeta cordobés, bajo cuyo patrocinio se había acogido el citado grupo poético.

Como quiera que algunos lectores del poeta le pidieran ayuda para poder entender, o descifrar, el contenido de las octavas, el poeta accedió a colocar, a manera de solución a las adivinanzas que cada poema planteaba, una palabra clave, que era como la respuesta a la incógnita, o la respuesta al acertijo.

El que concretamente plantea la octava 34 lo cifró el autor en la palabra HUEVO. En efecto, se trata del huevo, uno de los aspectos que puede adoptar la poliforme deidad lunar.

Leamos el poemita para, seguidamente, bosquejar una interpretación:

Coral canta una noche por un filo
y, por otro, su luna siembra para
otra redonda noche, luna clara
(la más clara) con un sol en sigilo.
Dirigible al partir, llevado en vilo,
si a las hirvientes sombras no rodara,
pronto un rejoneador, galán en pico,
iría sobre el potro en abanico.

Interpretación: Una
gallina*, negra como la noche, canta por la parte de su cuerpo que está cerca de la cresta, roja como el coral. Mientras, por el otro extremo de su cuerpo, deposita en el nidal un huevo. Huevo que es blanco, como la blanca luna, tanto más clara cuanto que está compuesta, en este caso, de la albúmina, que es la clara. Rodeada por ella, está la yema, parecida a un sol guardado en secreto. El huevo se parece a un zeppelín, o dirigible, cuando es llevado a la redonda noche que es la sartén. De no ser que cayera en medio del aceite hirviendo de la sartén, saldría de él un gallo que montaría a las gallinas, igual que un rejoneador monta sobre la jaca, y que, al subir sobre la gallina, despliega en abanico ** sus alas hacia el suelo para guardar el equilibrio.

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* Cliquear sobre la palabra enlace para ver la puesta de la gallina.

** Ver al 'rejoneador' en plena faena

viernes, diciembre 16, 2011

LA SAGA DE LOS ALMEIDA

Desde hace muchos años he conocido y tratado a varios hermanos de la numerosa familia de los Almeida Nesi, muy mermada últimamente por los fallecimientos de varios de sus miembros. A Pepe, el mayor, lo conocí en el Seminario de Badajoz, siendo él un chaval y yo unos cuantos años mayor. Coincidí con él en las oposiciones a plazas de Magisterio y volví a encontrarme nuevamente con él en Sevilla, en el Centro de Profesores donde se impartían cursillos para obtener el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica). Con otro de los hermanos, Federico, me encontré en Madrid, donde ambos nos licenciamos en la misma especialidad (Filosofía) en la Complutense. Y con un tercer hermano, Ricardo, (que trabajaba en la MUFACE de Badajoz) coincidí, junto con nuestras respectivas esposas, en un lugar de descanso estival en la citada provincia, a principio de los años 70.
Una reciente esquela mortuoria aparecida en el periódico HOY me facilitaba datos más que elocuentes sobre la situación actual de la familia. La fallecida era una de las hermanas, Amparo de nombre. Entre los dolientes vivos se nombraba a otra fémina, Mercedes, y al presumiblemente único varón superviviente de los hermanos, Julio, al que no he llegado a conocer personalmente, pero de quien tengo óptimas referencias: es, o ha sido profesor, en la especialidad de Filosofía, de la Universidad de Córdoba. Deduzco, de la susodicha esquela, que ‘han pasado a mejor vida’ (valga el manoseado eufemismo) tanto Pepe, como Federico, Juan Pedro y Ricardo. De los Almeida tuve siempre la mejor opinión: son gente lista estos Almeida Nesi. Por esto, por considerarlos listos, me parece tanto más enigmática esa especie de prisa, esa unanimidad que parecen haber mostrado en irse relativamente pronto de este mundo: han resuelto con prontitud los trámites de su paso al más allá.
Desde luego, los que yo traté eran mentes despejadas: José, Federico, Ricardo. De éste último recuerdo un artículo que debo tener guardado en alguna parte, publicado en el diario HOY, y cuyo título era “En busca del díptero testicular”. Era una especie de réplica a otro escrito anterior del director del periódico, a la sazón Teresiano Rodríguez, que instaba a los llamados intelectuales a que se ‘mojaran’, ejercitando la libertad de opinión que favorece el desarrollo de las sociedades democráticas. Ricardo, con irónica sagacidad, venía a decir que lo que el director de HOY echaba de menos es lo que vulgarmente llamamos la “mosca cojonera” (el díptero testicular) y ya se sabe que nada detestan tanto los políticos como ese incordiante insecto.

De Pepe recuerdo otro artículo, igualmente sabroso, en el que se encaraba con la sociedad, personificada, a la que dirigía una valiente reprimenda sobre el trato que daba al sufrido personal docente.

Quiero evocar aquí elogiosamente a estos amigos desaparecidos. Al recordarlos, me viene a la memoria un verso de Camoens que oí citar a otro amigo común, aplicándolo a ellos: ... os temidos / Almeidas por quem sempre o Tejo chora (Os Lusiadas, canto I, est. XIV, 5-6) Los Almeidas ‘que el Tajo llora’ son, desde luego, para el vate lusitano, unos héroes. Estos Almeidas españoles, acaso descendientes de lusitanos, sin duda, también lo han sido, a su manera.

La presteza con la que, por rara unanimidad, han ido dimitiendo de la vida, me hace pensar que este artículo debería titularse “la saga... y fuga de los Almeidas”, mejor que 'la saga', a secas.

jueves, diciembre 15, 2011

SÍNTESIS POÉTICAS Y COMICIDAD (y III)

Las síntesis poéticas, cualquiera que sea el grupo en que se encuadran, pueden invalidarse como tales síntesis, destruyendo la pretendida equivalencia que a través de ellas se persigue. Así, por ejemplo, la metáfora que pondera el valor del tiempo equiparándolo con el valor del oro, se desmonta con el siguiente chiste:

El tiempo es oro, amigo.
– Pues cóbrese con él


(La equivalencia tiempo = oro no es extrapolable al terreno de los valores mercantiles. Es cierto que time is money, siempre que tengamos en cuenta que esa ‘moneda’ no tiene curso legal)

Así por el estilo sucede con otras muchas síntesis poéticas. He recogido diversos ejemplos de estas síntesis poéticas, reducibles a chistes, en un pequeño trabajo inédito que titulo “Los fundamentos retóricos del chiste”. Copio a continuación algunos de los ejemplos recogidos en ese breve ensayo.

Así, entre las síntesis del 2º grupo (por contigüidad) tenemos la metonimia, según la cual podemos tomar una cosa por otra con la que tiene una relación de parte a todo, causa a efecto, valor a precio...Lo explico con el chiste siguiente:
Cierto cliente distraído olvida pagar su consumición en el bar. Al día siguiente, el dueño del establecimiento le recuerda:
– Tiene usted aquí un café de ayer.
– Pues tráelo. Me lo tomaré aunque esté frío.

Evidentemente, se trataba de un café ‘a deber’, no de un café ‘a beber’. El interesado ha confundido (aposta o sin querer) el precio de la consumición con el artículo consumido.
Entre las síntesis por contigüidad (sinécdoque y metonimia, entre otras) están las que toman el singular por el plural, el instrumento por el que lo maneja, la cantidad contable por la mensurable, etc. Pondremos ejemplos concretos para hacernos entender mejor:

Por ejemplo, siguiendo con la metonimia (síntesis que pertenece al grupo de las asociaciones por contigüidad) y la sinécdoque (relaciones de parte a todo, de efecto a causa, autor a su obra, singular por plural, y viceversa, etc. etc.) vamos a ver algunos ejemplos de comicidad, en los que la síntesis queda invalidada por una operación diametralmente opuesta: el análisis. Veamos, por ejemplo, la sinécdoque consistente en el uso del singular por el plural, o viceversa:

.En aquel lugar, las mujeres llevan la falda por las rodillas (o por la rodilla, si son cojas)

Otro ejemplo: Si tomamos al pie de la letra la famosa rima becqueriana “¿Qué es poesía? –dices, mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul”. Como, en realidad, solemos tener dos pupilas, una en cada ojo, se sobreentendería que tanto el poeta como la amada son tuertos de un ojo.

A veces, solemos confundir lo numerable con lo mensurable, o la cantidad discontinua con la cantidad continua. A base de esta metonimia podemos obtener el consiguiente efecto cómico. Así cuenta Pérez Zúñiga, en su novela Viajes morrocotudos, que en cierta ocasión los obligaron a torear, para demostrar su condición de españoles, en una ciudad de Asia. No podían negarse, so pena de ser condenados por aparentar una falsa nacionalidad, así que pidieron los enseres necesarios para la lidia. Y, en primer lugar, pidieron “dos toros con pocos cuernos”. O sea que no tuvieran los cuernos muy grandes. Les trajeron dos toros con unos cuernos descomunales. Y, cuando protestaron por el tamaño de los mismos, les advirtieron que ellos habían pedido “dos toros con pocos cuernos” y por allí no los habían encontrado con menos de dos.

La paronomasia es una síntesis del grupo de las asociaciones por semejanza. Su utilización como recurso cómico representa un buen filón del que suelen abastecerse los payasos y caricatos circenses. Casi todos los chistes de sordos, o paletos, o miopes, suelen consistir en tomar una palabra por otra (se ha oído mal, se ha leído mal, se ha entendido mal) Las paronomasias se dan entre palabras que suenan de modo parecido. Ahorramos al lector ejemplos que puede encontrar por sí mismo.

El eufemismo es una síntesis del grupo de las asociaciones por contigüidad. Como la perífrasis, consiste en expresarse mediante un rodeo, al objeto de evitar algún efecto desagradable. Lo malo es cuando se pone al descubierto lo que se pretendía ocultar. Y se llega a caer en el ridículo. Ejemplo, la superiora de un convento aconseja a las novicias no utilizar expresiones vulgares como, por ejemplo, “el culo del vaso”. Deberán decir mejor “el fondo del vaso”. Pero un día, el director espiritual del convento, alabando la bondad de la madre superiora, dice a las monjas: “Tenéis que amar a la abadesa, porque es muy buena. Yo conozco muy bien el fondo de la madre superiora”.

Apenas hay síntesis poética, sea cualquiera el grupo asociativo al que pertenezca, que se libre de poder ser reutilizada como recurso cómico. Así, hasta la misma apóstrofe (que como figura poética se encuadra en el grupo de las llamadas figuras patéticas) se presta a ser ridiculizada como síntesis poética. Es lo que hace el escritor festivo Juan Pérez Zúñiga, parodiando el tono grandilocuente de los románticos:

¡Oh, Naturaleza, cuán maravillosa y bellamente se manifiesta usted a los ojos del Universo todo!

Y añade en nota a pie de página:

Nota: Decir ‘te manifiestas’ nos parece demasiada confianza.

De ese modo el autor se 'cargaba' esa síntesis poética que se conoce como apóstrofe.

En resumen, todas, o casi todas, las que aquí hemos llamado síntesis poéticas, o figuras literarias, son susceptibles de ser recicladas, transformándolas en los correspondientes recursos
cómicos.

LA SÍNTESIS MENTAL Y LA ASOCIACIÓN DE IDEAS (II)

Las asociaciones de ideas facilitan la realización de las síntesis mentales. Éstas son, en buena medida, el resultado de aquéllas, aunque no todas las asociaciones de ideas cuajan en síntesis, sino sólo las que tienen como resultado el descubrimiento de una nueva faceta de la realidad.

El mecanismo de la asociación de ideas se conoce desde antiguo, y ya Aristóteles apuntó las leyes que, según él, regulaban el funcionamiento de las mismas: a) la ley de semejanza, b) la ley de contigüidad y c) la ley de contraste.
Así, según la primera de estas leyes, las personas, o las cosas, parecidas, se asocian en nuestra memoria: una persona nos recuerda a otra por su parecido con ella. Así los gemelos, por ejemplo, suelen ser parecidos y, a veces, resulta difícil distinguirlos.
Pero, igualmente, las personas y las cosas pueden asociarse por una relación de proximidad, o contigüidad, en el espacio o en el tiempo. El humo se asocia al fuego, el yunque al martillo, etc. Y, por último, las cosas y personas se asocian o evocan, según ley de contraste, o ley de contrarios: blanco/negro, alto/bajo/, frío/caliente, etc.

Las síntesis pueden ser el resultado de cualquiera de estos tres tipos de asociaciones. Si aplicamos la doctrina de la asociación de ideas al estudio de las figuras literarias, descubrimos que éstas configuran otras tantas síntesis poéticas, las cuales pueden clasificarse de acuerdo con el tipo de asociación del que proceden. Así, al grupo de las asociaciones por semejanza corresponden las siguientes síntesis poéticas:

1. ASOCIACIONES POR SEMEJANZA
Comparación (símil), metáfora, alegoría, símbolo, paralelo, parábola, parodia, paráfrasis, paronomasia, equívoco, personificación...

2.ASOCIACIONES POR CONTIGÜIDAD

Al grupo de las asociaciones por contigüidad corresponden las siguientes síntesis:

Sinécdoque, metonimia, circunloquio, eufemismo, perífrasis, gradación, concatenación, esquema, perfil, silueta, hipérbole, hipotiposis, caricatura, hipálage...

3.ASOCIACIONES POR CONTRASTE

Y, finalmente, al grupo de asociaciones por contraste podríamos adscribir la paradoja, la antítesis, el retruécano, el priamel y aquellas figuras que caen bajo la denominación genérica de la ironía (antífrasis, asteísmo, sarcasmo...)

Lo novedoso de este punto de vista es que aporta una clasificación coherente de las figuras literarias, no contemplada (que sepamos) anteriormente en los manuales de retórica al uso.

Algunos teóricos de la asociación de ideas reducen a dos las leyes asociativas: la ley de semejanza y la ley de contigüidad. La ley de contraste la engloban en la de semejanza/ desemejanza, como una especie de integración de opuestos. Parece más didáctica la clasificación aristotélica.

Hay que anotar, sin embargo, que la tendencia poética a la síntesis se ve, a menudo, contrarrestada por la tendencia cómica: la que invalida la síntesis poética (por ejemplo, la metáfora) subrayando la desemejanza, o la diferencia, allí donde la poesía pretendía establecer una equivalencia. Por eso se ha dicho que “lo contrario de la poesía es el chiste” (C. Bousoño)

lunes, diciembre 12, 2011

¿QUÉ ES UNA SÍNTESIS? (I)

Hubo una época de mi vida en la que la palabra ‘síntesis’ revistió para mí una importancia capital. Fue una especie de toma de conciencia del papel fundamental que en el conjunto de las operaciones mentales desempeña la síntesis. Consciente de la importancia de ese papel, concebí el proyecto de realizar un trabajo de tesis acerca del asunto y llegué, incluso, a entrar en contacto con el profesor Dr. D. José Luis Pinillos, quien por entonces era titular de la cátedra de Psicología de la Universidad Complutense. Sólo que, poco después, desistí de mi propósito, dada la necesidad atender a mi trabajo, como funcionario en activo del MEC. Fue como un amor al que se decide renunciar, al sopesar las dificultades que iba a encontrar en el camino. Ya me había ocurrido algo semejante con otros amores de carne y hueso, de modo que soportar las renuncias era algo que formaba parte de la disciplina que la vida me iba enseñando. Quizás no me encontré lo suficientemente capacitado para acometer un trabajo que, ante todo, se me aparecía como ambicioso, pero altamente prometedor. Y es que presentía que la ejecución satisfactoria del mismo rebasaba la capacidad de mis conocimientos: conectaba con el campo de la ciencia universal, en especial con las Matemáticas, y yo tenía el handicap, de principio, de ‘ser de letras’. Bueno, para ser exacto, de Filosofía y Letras; pues fue precisamente en Filosofía (Metafísica) donde obtuve el grado de licenciado en 1969. Desde el comienzo de esa década ejercía la profesión de Maestro de Enseñanza Primaria. Mi encuentro con el tema de la síntesis data de 1958

Escribí por esas fechas un pequeño ensayo titulado “La síntesis mental: bosquejo de una fisiología del entendimiento”, en un primer intento de ordenar mis ideas sobre el tema. Cuando ahora trato de redefinir el concepto de síntesis, casi me veo desbordado por la cantidad de cosas a las que podemos llamar con ese nombre: desde una fórmula matemática a una figura literaria o, incluso, una caricatura: hay síntesis poéticas, síntesis dibujísticas, síntesis matemáticas...Por ejemplo, una ecuación no es ni más ni menos que una síntesis. La famosa ecuación de Einstein que condensa su teoría de la relatividad: e =mc2 (energía = masa por el cuadrado de la velocidad de la luz) es una síntesis genial, un asombroso parto de la mente.
Esa síntesis admirable establece las relaciones que cuantitativamente existen entre esas magnitudes que son la masa, la energía y la velocidad de la luz.
Para alcanzar el adiestramiento necesario que nos capacite para realizar este tipo de síntesis se requiere, sin duda, una preparación específica, que se consigue con el estudio de las Matemáticas y la Física. Pero, afortunadamente, la noción de síntesis es más general y podemos llegar a ella sin necesidad de especialización. Estamos en condiciones de poder brindar una sencilla definición de síntesis, si entendemos por tal el resultado de una operación mental que nos revela un aspecto nuevo de la realidad, comprobable por cualquier persona normalmente constituida.*

Así que nos quedamos, por lo pronto, con que la síntesis es un producto mental. El resultado de esa operación mental puede adoptar el aspecto de una fórmula matemática, o bien puede tratarse de una síntesis dibujística (una caricatura, por ejemplo), o una síntesis poética (una metáfora, pongo por caso)

Por el momento nos centraremos en esas síntesis poéticas que constituyen el conjunto de los llamados ‘recursos literarios’.


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* Y, por supuesto, con la preparación necesaria. No todos podemos verificar, por ejemplo, la fórmula de Einstein a la que aquí hemos aludido.

viernes, diciembre 09, 2011

LA CONSTITUCIÓN CUMPLE 33 AÑOS

Se cumple por estas fechas (6 de diciembre de 2011) el 33º aniversario de la Constitución, que marca el comienzo de la llamada Transición: el rodaje de la democracia, tras el largo caminar por el desierto de la Dictadura. La democracia era como la tierra prometida de los israelitas: ya lo dije en otra ocasión (recuperar entrada aquí)
Seguimos estancados en una Transición que ya ha dejado de serlo, sin alcanzar plenamente sus objetivos: la reconciliación de los españoles, su incorporación a una tarea común de reparación colectiva, sin prolongar la humillación de los vencidos con el mantenimiento de símbolos y monumentos que perpetúen la memoria de una victoria, que fue de los menos, y una derrota, que fue de los más. El perdedor de la guerra civil fue el pueblo y, con él, la democracia. El franquismo tiene que ser juzgado y condenado; en ello tiene que empeñarse toda la sociedad española. Es mal camino que se persiga a la única persona que intentó aplicar esa justicia, que está por cumplirse. Me refiero, como todos sabemos, al juez Baltasar Garzón.

Si los crímenes del franquismo, reconocidos como crímenes de lesa humanidad y, por tanto, imprescriptibles, no son condenados explícitamente por una sociedad que pretende homologarse a las democracias europeas, esa sociedad no ha logrado la verdadera democracia. Seguimos estancados en la Transición, en tierra de ninguna parte, en la utopía de la democracia. Estamos, más bien, en un callejón sin salida.

La Constitución de 1978 soslayó, sin plantearla en aquella fecha - por prematura- la condena explícita del franquismo. Naturalmente, fue un pacto con los herederos de la Dictadura y hubo que transigir. La Transición empezó por ser Transacción (de ‘transigir’) Pero ya es tiempo de plantear esa reivindicación pendiente. No sería necesario volver a plantear esa condena, de no haberse 'desdecido’ (o desdicho, para su ‘desdicha’ y la de todos) el partido entonces en el poder y, ahora, a sólo a unas fechas de volver a recuperarlo, de la condena unánime del franquismo, acordada con la oposición, con la que suscribió dicha condena en el Parlamento español, el 20-N de 2002. Años más tarde (1996) en el Parlamento europeo, estando el gobierno de España nuevamente en manos del PP, tuvo lugar la retractación de aquella condena, por parte del portavoz del mismo, Sr. Mayor Oreja. Retractación que recupera viejos resabios exculpatorios de la dictadura. Ese no es el camino, señores del PP, pese al resonante triunfo de los recientes comicios celebrados en otro 20-N.

El franquismo es como una herida cerrada en falso. Y la democracia, a secas, vuelve por sus fueros al reivindicar su condena.
La Constitución de 1978 ya está talludita. Y, con ella, la democracia española va camino de quedarse soltera para los restos. Parece que la sociedad española está condenada a perpetuo enfrentamiento, a una irreductible desavenencia

jueves, diciembre 01, 2011

DEMOCRACIA RADIACTIVA

Quiero traer a colación aquí la viñeta de El Roto que publica El País de fecha de hoy. Como tantas veces, una más, este comentarista gráfico de la actualidad pone el dedo en la llaga de nuestra 'democracia' transicional: la de la 'transigencia' pactada con los depositarios del legado franquista. Los residuos radiactivos (radioactivos) de esa dictadura son (como otros tantos residuos de esa naturaleza) de larga duración. Pero no hace falta trasladar esos residuos a un cementerio nuclear: Cuelgamuros es, precisamente, ese cementerio.

Por eso, ni tocarlo. Por más que nuestra 'democracia' siga, indefinidamente, irremediablemente, contaminada de franquismo.